La recuperación del exportero monfortino del Real Madrid va por buen camino
25 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El final del túnel está ya más cerca para el portero monfortino Sergio Cabanelas. El guardameta se desplazó ayer a Ferrol para ver la evolución de la recuperación de su luxación de hombro, que lo obligó a pasar por el quirófano a finales de la pasada temporada -fue intervenido por segunda vez de la misma dolencia-. Los doctores de la clínica Fremap le transmitieron buenas noticias, y es que en un mes y medio Cabanelas estará listo para regresar a los terrenos de juego.
Es sin duda, la mejor noticia que podía recibir el futbolista, que con 21 años confía en regresar a la élite del fútbol español. «Estoy contento, porque si todo sigue así, a principios de enero me darán el alta. Estoy ansioso por jugar y por volver a sentirme futbolista, aunque lo que tengo claro es que quiero estar totalmente recuperado», indica.
Después de estar seis temporadas en las categorías inferiores del Real Madrid, el jugador y su representante, Roberto Madruga, dieron luz verde a la oferta que le trasladó el Racing de Ferrol. Fichó por el equipo departamental, pero no lo tuvo fácil, puesto que tenía que competir por la titularidad con Mackay. La fortuna no le sonrió, puesto que cuando su compañero se lesionó, él también tuvo que pasar por el quirófano. Es por esa razón por la que define su etapa en el club ferrolano como «agridulce».
Una recuperación dura
Estos seis últimos meses han sido duros para Sergio Cabanelas, que admite que este tiempo le ha servido para ver quiénes eran verdaderamente sus amigos. Muchos de los que le pedían entradas para acudir al Santiago Bernabéu cuando estaba en Madrid hicieron mutis por el foro. «En este tiempo me di cuenta quiénes estaban por interés y quiénes me aprecian», puntualiza.
¿Cómo es un día en la rehabilitación de Cabanelas? El portero se levanta, acude al gimnasio de la piscina municipal, en el que hace un paréntesis para nadar. Luego, por la tarde se ejercita en el campo Luis Bodegas con su fisioterapeuta de confianza, Dani. «Le agradezco su ayuda y su trabajo, que lo hace de manera totalmente desinteresada, así como a Nacho y al Concello, que me permiten entrenar los viernes en la escuela de porteros», añade el jugador.