«Venid dentro de un mes, y ya veremos entonces»

c.c. monforte / la voz

LEMOS

Último tramo aún sin pintar, entre Bóveda y Noceda.
Último tramo aún sin pintar, entre Bóveda y Noceda. alberto lópez< / span>

Los negocios que dependen de la carretera en Bóveda todavía no notan los efectos del nuevo corredor

01 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Admitía el alcalde de Bóveda en la inauguración de la semana pasada que en este municipio hay quien teme lo que pueda pasar cuando se esfume el tráfico de paso. Bóveda y Rubián, las dos localidades más pobladas del municipio, viven condicionadas por la LU-546. La carretera las atraviesa y les ha dado forma. El tráfico intenso por medio de sus casas es una incomodidad con la que han aprendido a convivir y de la que algunos negocios han hecho una fuente de ingresos fundamental. La única gasolinera del municipio estaba entre Bóveda y Rubián y cerró hace unos años, pero quedan los bares.

«Yo ya echo en falta a alguna gente que antes eran habituales», confiesa Iria López detrás de la barra del bar Chamouco. Ese es uno de los dos negocios de hostelería que hay en Bóveda al paso de la LU-546. El otro es el bar Layosa y allí el asunto de la vía rápida les preocupa menos. «Todos los clientes que ves aquí son gente del pueblo», dice Manuel Rodríguez mientras prepara unas tapas a unos parroquianos. En la vecina localidad de Rubián pasa otro tanto de lo mismo. Los negocios, de hostelería o no, orientados hacia los conductores que paran un momento a descansar temen el día que se abra el último tramo pendiente del corredor. A los otros, ni les va ni les viene.

Isabel Taboada es la propietaria del bar Noceda, en Rubián, y a ella las cuentas le salen al revés que a su colega del bar Layosa: «De los cuatro grupos de clientes que tengo ahora en el local, solo uno estaría aquí si la carretera no pasase por medio del pueblo». Cuando ese momento llegue, tratará de resistir hasta que pueda. ¿Y después? «Habrá que cerrar», sentencia.

En cualquier caso, los 11,7 kilómetros abiertos el pasado día 23 apenas no se han notado demasiado. En Rubián, nada en absoluto porque queda fuera de ese tramo. Pero tampoco en Bóveda, donde Iria López cuenta que por ahora, ellos aguanta bien. Otra cosa será cuando en noviembre abra lo que falta. «Venid dentro de un mes, y ya veremos entonces», avisa.

Preparado para una autovía, pero solo hasta Oural

La vía de alta capacidad entre Lugo y Monforte es el primer paso para una futura autovía. Eso dice la teoría de los planes oficiales de infraestructuras y eso decían los discursos oficiales hasta hace un tiempo. En la inauguración del tramo entre Monforte y Bóveda, ni el presidente de la Xunta ni la conselleira de Infraestruturas hicieron en sus discursos la más mínima referencia al desdoblamiento de esta carretera en autovía. En ninguno de sus tramos. Y tendría sentido que diferenciasen unos tramos de otros, porque lo cierto es que si alguna vez la Xunta quiere transformar esta vía de alta capacidad en autovía le va a resultar más sencillo hacerlo en el tramo de Lugo a Sarria.

Hasta esta última localidad, e incluso también hasta Oural, el diseño de trazado, las expropiaciones y las grandes infraestructuras de soporte de la nueva carretera fueron planeados para que sirviesen a una futura auto vía. De Oural hacia Monforte, el proyecto se ideó de otra manera. La diferencia queda clara en los puentes. Los construidos entre Nadela (Lugo) y el límite entre Sarria y O Incio tienen zapatas suficientes para una carretera el doble de ancha. Servirán para el desdoblamiento, aunque la transformación de esta vía rápida en autovía no esté prevista ni a medio ni a corto plazo.

En cambio, Los viaductos que entraron en servicio en el tramo inaugurado hace unos días entre Monforte y Bóveda y los que están por estrenar en el tramo intermedio aún sin abrir tienen los pilares que necesitan para dos carriles de circulación, ni uno más.

Terminado desde el 2012, pero todavía sin estrenar

Son nueve kilómetros y deberían estar en servicio antes del 30 de noviembre. El tramo que le queda a la vía de alta capacidad Lugo-Monforte para dar la obra por terminada tiene todavía unos kilómetros sin pintar (en la foto de la izquierda, entre Bóveda y Noceda). Entre Oural y Noceda quedan también dos kilómetros que están completamente terminados nada menos que desde el año 2012, pero que no están abiertos al tráfico porque no es técnicamente posible conectarlos a la carretera antigua.