La sorpresa de oír «que aproveche»

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

Auxiliares de conversación que trabajaron este curso en Monforte cuentan su experiencia

01 jun 2014 . Actualizado a las 07:01 h.

«Tengo ganas de volver a los Estados Unidos y de ver a mi familia y a mis amigos, pero me va a costar mucho irme de aquí». Lo dice Elizabeth Thompson, de Washington, licenciada en literatura comparada y, desde octubre y hasta la semana pasada, auxiliar de conversación en las clases de inglés del colegio de Escairón. Es una de las 435 personas becadas a principios de este curso por la Consellería de Educación para reforzar la enseñanza de lenguas extranjeras en colegios, institutos y escuelas de idiomas. Para Elizabeth, ha sido una buena experiencia. También para Rebecca Mintz, Kirah Harry y Melissa Martinez. Las cuatro han trabajado los últimos nueve meses en centros educativos de la comarca de Monforte, las cuatro como asistentes de inglés, y nos cuentan su experiencia.

sus razones para venir

Aprendizaje, pero no solo eso. Elizabeth Thompson tiene dos razones: «Me encanta el campo de la educación y me gusta mucho trabajar con niños y adolescentes, y me apetecía conocer un sistema educativo diferente al de los Estados Unidos, pero es que además quería venir a vivir a España para conocer la cultura». En cambio, a Rebecca Mintz lo que más la animó fueron los dos años que su hermana vivió en Francia: «Disfrutó mucho esa experiencia, y yo tengo amigos españoles, así que me apunté». Kirah Harris pensaba más en complementar su formación académica y hacer currículum de cara al mercado laboral. Pero le atraía también «hacer algo nuevo y aprender algo diferente».

Desde luego, el dinero no es en ningún caso una razón para apuntarse a este trabajo. «El sueldo -dice Melissa Martinez- es el mismo en todos los casos, no importa en qué ciudad estés, así que en lugares como Monforte es suficiente para vivir, pero en otros sitios seguro que la gente tiene que buscar otros trabajos o recibir dinero de casa».

la dificultades

Ocho meses fuera. Todas admiten haber echado de menos a sus familias y amigos, pero les parece que ha merecido la pena. «Algunas veces se me ha hecho difícil -dice Rebecca-, pero al final la experiencia ha sido buena, entre otras cosas porque los profesores y los estudiantes en la escuela de idiomas son maravillosos y me ayudaron mucho». Elizabeth siempre había vivido en ciudades grandes y le costó acostumbrarse a Escairón y a Monforte al principio, cuando todavía no conocía a nadie. «Pero también es verdad que me encantaba la aventura de conocer esto y hacer amigos», asegura.

el nivel de sus alumnos

Ninguna queja. Si conocen los clásicos lamentos por el bajo nivel del aprendizaje de inglés en España, no parecen darle mucho crédito. Rebecca, por ejemplo, se confiesa impresionada por el nivel de inglés de muchos profesores y estudiantes que nunca han pasado estancias largas en países de habla inglesa. «Yo conozco gente en Estados Unidos -explica- que ha aprendido a hablar español muy bien, pero todos vivieron en países de habla hispana como mínimo durante seis meses». Claro que Rebecca trabajó con adultos. ¿Qué hay de los escolares de Primaria? A Kirah sus alumnos del colegio Torre de Lemos tampoco le han sorprendido negativamente, aunque admite que la mejora desde principios de curso ha sido clara. «Su nivel de inglés es ahora realmente bueno», asegura. A sus alumnos de ESO, cuenta, les encanta hablar y podían mantener conversaciones con ella y a los de 3 a 5 años «recuerdan mucho vocabulario».

Sorpresas

«Que aproveche». «Me sorprendió la costumbre de desear que todo el mundo aproveche la comida», dice Elizabeth. Nunca lo había oído antes, y no le desagrada en absoluto. «Me gusta estar en un sitio y escuchar ?buen provecho? cuando entra o sale gente, me parece muy amistoso, lo voy a recordar con cariño». También a Kirah le llamó la atención: «Cuando estás comiendo, los camareros y los otros clientes dicen ?que aproveche?, es bonito oír eso. Al final, yo también he acabado diciéndolo».

Rebecca vivió en Lugo todo el curso y se desplazaba a diario a Monforte con otros profesores de la escuela de idiomas. Llegó en pleno San Froilán, así que se fue a la fiesta y se subió en la noria. Tardó poco en darse cuenta de que no iba a la misma velocidad que las norias que ella conocía en Estados Unidos. «Allí, las norias normalmente van despacio y son tranquilas, tienes mucho tiempo para disfrutar las vistas. Me sorprendió mucho ver que aquí son muy rápidas y tienen la música muy alta. La gente aquí es muy maja e intenta advertirme para que no me lleve sorpresas desagradables, pero se ve que lo de la velocidad de la noria es tan normal aquí que no se les ocurrió que me fuese a sorprender».

La primera sorpresa de Kyrah no tiene tanto que ver con el idioma o las costumbres locales como con el trabajo en las aulas. «Tenía poca experiencia con niños pequeños y me he dado cuenta de que es una locura, tienes que dedicarles toda tu energía, pero ha sido divertido». No se esperaba ni la energía inagotable de los niños ni el desconcertante clima gallego. «Siempre pensé que en España haría calor, todo el tiempo, en todas partes, pero llegué en invierno y hacía mucho frío y ahora la primavera está siendo interesante, dos semanas de calor, dos de frío... ¡es como si todavía estuviese en Inglaterra!», bromea.

Problemas con el idioma

Ginebra y jengibre. Kirah es la que peor se defiende en español de las cuatro. Entiende un poco, pero no lo habla, pero aún así no ha tenido grandes problemas. «La gente aquí es muy amable», dice. El español de Rebecca es razonablemente bueno, pero no lo suficiente como para evitar algún que otro malentendido. «Yo mezclo palabras -cuenta-, una vez quería pedir jengibre [ginger en inglés] y accidentalmente pedí ginebra».

EL CARÁCTER gallego

«Estaba nerviosa». El tópico dice que los gallegos somos reservados y poco comunicativos. A ellas no se lo parece. «Antes de llegar -confiesa Rebecca- estaba nerviosa porque no hablo gallego, pero todo el mundo ha tenido paciencia con mi español y se ha ofrecido a enseñarme cosas sobre Galicia». «Ya me habían dicho que los gallegos son buenos, sinceros y fieles, y por mi experiencia de estos meses me parece que es verdad», dice Melissa. «La gente es amable y de gran corazón», resume Kirah, a quien le sorprendieron las invitaciones en los bares y los esfuerzos de los dependientes de algunas tiendas por hacerse entender en un inglés rudimentario y ayudarla a elegir. Elizabeth pudo hacer rutas por la zona y asegura estar impresionada por el paisaje de la Ribeira Sacra. «Pero para mí la gente de un sitio siempre es lo más importante y aquí todo el mundo ha sido muy acogedor, dice».

Elizabeth Thompson

-CEIP Doutor López Suárez. Escairón

-24 años -Washington DC.

(Estados Unidos) -Licenciada en literatura

Melissa Martínez

-IES A Pinguela. Monforte

-Salt Lake City, Utah

(Estados Unidos) -Una licenciatura en estudios medioambientales y otra en planeamiento urbanístico

Rebecca Mintz

-Escola Oficial de Idiomas. Monforte

-27 años -Battle Ground. Estado de Washington (Estados Unidos) -Licenciada en filología

Kirah Harry

-Colegio concertado Torre de Lemos. Monforte

-21 años -Birmingham (Reino Unido) -Estudia psicología y un posgrado de enseñanza de idiomas