La lluvia y la nieve engordan en O Courel la cascada más alta de Galicia

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

El torrente del Campo do Seixo, de 150 metros de caída, gana espectacularidad en invierno

31 ene 2014 . Actualizado a las 10:13 h.

Las incesantes lluvias invernales y las fuertes nevadas caídas en las cumbres de la sierra de O Courel en las últimas semanas han alimentado de forma considerable la cascada del Campo do Seixo, probablemente la más alta de la zona y de toda Galicia. La imagen situada junto a estas líneas fue tomada el pasado domingo y muestra el estado que presenta actualmente esta espectacular caída de agua, que se despeña por un barranco de unos 150 metros de altura.

El autor de la fotografía, el biólogo monfortino Guillermo Díaz Aira, opina que el torrente puede ofrecer un aspecto más imponente este fin de semana, gracias a la nieve que se está fundiendo en las alturas del Pía Paxaro y a los chubascos que han seguido cayendo abundantemente en la zona estos días. La cascada se encuentra en la vertiente noroccidental de este monte, el segundo más alto de la sierra, cuya cima se eleva a 1.610 metros.

A más de mil metros

La imagen fue tomada desde un punto situado a unos ochocientos metros de la cascada, a una altura de 1.090 metros, en el límite de las nieves. Por encima de esta zona, la parte más alta de la sierra sigue cubierta de un manto blanco. «La fotografía no quedó muy nítida a causa de las nubes que había sobre el monte, pero no es posible acercarse mucho más», explica Guillermo Díaz. La cascada se encuentra en un paraje poco frecuentado de la sierra, entre laderas muy empinadas y cubiertas de una vegetación espesa. Los viejos senderos que llevaban hacia esa zona están ahora cerrados por la maleza. En estas condiciones, es prácticamente imposible llegar al pie del gran torrente, donde la vista es sin duda mucho más impresionante. La cascada forma parte del río Carballido, que más abajo pasa por Folgoso, la capital del municipio de O Courel.

En tiempos recientes, Guillermo Díaz y Orlando Gregorio Álvarez -miembro de la asociación ecologista SOS Courel- localizaron este poco conocido paraje e informaron sobre su situación al Club Alpino Ourensán, con la idea que se estudiase la posibilidad de realizar prácticas de barranquismo en la zona. Hasta ahora, sin embargo, no se ha determinado si el lugar es apto para este tipo de deportes.

Aunque la densa vegetación y el relieve sinuoso no permiten verla claramente en su totalidad, Díaz Aira cree que la cascada está dividida en varios tramos. «En la parte superior puede haber una caída vertical de unos cien metros y por debajo hay seguramente otros tramos más cortos -explica-, y el último debe de tener entre quince y veinte metros de altura».