Lorca contó con la solidaridad de la Cruz Roja de Sarria

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos SARRIA / LA VOZ

LEMOS

«El despliegue de medios era impresionante», aseguran

05 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La eficacia y disposición para actuar en cualquier lugar en el que los reclamen de los voluntarios de la Cruz Roja de Sarria quedaron demostradas de nuevo tras su valiosa aportación para ayudar a los damnificados por el reciente terremoto de Lorca.

Susana, Nuria y Jacobo, bien secundados por sus compañeros de Lugo Fátima y Andrés, formaron parte del ERIE psicosocial y de albergue que la oenegé desplegó en esta localidad murciana. Las personas que participan en este tipo de operativos, que tienen como condición que estén dispuestas a desplazarse y actuar en pocas horas, reciben una preparación específica para actuar en este tipo de catástrofes, bien sea encaminada a prestar apoyo psicológico a las familias o a levantar campamentos de inmediato.

Los voluntarios solo estuvieron en la zona durante tres días: el motivo fue únicamente que al ser tareas que suponen un gran desgaste mental. la organización los releva para que todos puedan trabajar al máximo durante el tiempo que participen en el operativo.

«Es impresionante ver el despliegue de militares, Cruz Roja, ambulancias, policía y todo tipo de servicios de emergencia que había en el campamento central situado a las afueras del pueblo. Daba la impresión de que nos encontrábamos en un campamento de refugiados por la gran cantidad de personas extranjeras que había», aseguran.

Una de las actuaciones que realizaron fue identificar a las personas que era necesario atender, distinguiendo entre empadronados, gente de fuera pero que trabajaban en la zona y otros que no tenían ninguna identificación. «Hubo muchos casos de gente necesitada de otros lugares que llegó a comprar las tarjetas que entregábamos a los damnificados para conseguir algún tipo de ayuda», dijeron.

La situación la califican como «un caos organizado», y recuerdan casos puntuales, como el de una familia, compuesta por el matrimonio, dos hijos y la suegra, que acudía a ellos no para pedir ayuda sino para conseguir algún certificado oficial que les valiera posteriormente para pedir subvenciones.

Los que tuvieron oportunidad de acercarse al centro aseguran que Lorca impresionaba con concesionarios de coches enormes totalmente destruidos, al igual que iglesias. «Es otro mundo, te das cuenta de que la vida te puede cambiar en un segundo y empiezas a valorar lo que tienes. Es una gran experiencia vivir algo así, que te da otra imagen de la vida», dicen.