Valverde, del Paleolítico al románico

C. Rueda / F. Albo MONFORTE/LA VOZ.

LEMOS

Una parroquia rural de Monforte conserva un importante patrimonio arqueológico e histórico en el que destacan los rastros de la prehistoria remota y de la Edad Media

20 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La parroquia de Valverde destaca desde hace mucho tiempo por su iglesia románica, que aunque mal conservada en la actualidad, es el principal ejemplar de este estilo artístico perteneciente al patrimonio histórico de Monforte. Pero esta parte del municipio guarda también vestigios de períodos muchísimo más antiguos. Los arqueólogos que trabajan en el proyecto de investigación de los poblamientos del Pleistoceno en el sur lucense encontraron en el 2007 en Valverde una gran cantidad de artefactos encuadrados en las industrias del Paleolítico Superior. En la zona no se perciben a simple vista las huellas de estos primitivos habitantes, pero sí es posible recorrer los parajes que frecuentaron hace decenas de miles de años.

Para visitar la zona hay que situarse en el lugar de Ribas Altas y tomar la carretera que lleva a la aldea de A Parte. En el kilómetro uno hay que desviarse a la derecha para Outeiriño y a continuación torcer a la izquierda por una pista de tierra hacia la cima del monte de Valverde. Tras un sinuoso recorrido de 1,7 kilómetros por la vertiente sur se alcanza la cima del monte, desde la que de avista una espectacular panorámica del valle de Lemos. Ahora hay que girar a la izquierda en dirección al Penedo de San Roque, situado a unos quinientos metros. Este llamativo roquedal sirvió al parecer de abrigo a los cazadores paleolíticos y en tiempos recientes sus grietas fueron utilizadas como refugio por vecinos de la zona, víctimas de la represión durante la Guerra Civil.

En este singular paraje se sitúan además varias leyendas protagonizadas por los típicos mouros. Se dice que estos personajes míticos arrancaban oro del monte en este lugar y que al caer la noche se refugiaban entre los peñascos, donde se les oía cantar y tocar música.... Cerca de estas estas peñas se hallaba la ermita de San Roque, de la que no quedan restos.

Unos doscientos metros más adelante aparece un cruce de pistas. Hay que tomar la de la derecha para bajar a la aldea de Valverde, a unos setecientos metros de distancia, y visitar su templo románico.

La iglesia de San Pedro perteneció a un monasterio cluniacense cuyos orígenes se remontan al siglo XII. La portada está -desfigurada por unas capas de pintura aplicadas hace ya muchos años- está datada a finales del siglo XIII y el resto del edificio sufrió varias reformas en diversas épocas. Los primeros datos que se tienen son del año de 1115, cuando Munio Romániz recibió de la reina doña Urraca, como pago a sus servicios, la feligresía de San Pedro de Canaval, que posteriormente donó al monasterio de San Pedro de Valverde. Del antiguo monasterio no quedan vestigios, excepto la propia iglesia.

En el lugar también hay que señalar la existencia de la fuente de Valverde, situada a unos cincuenta metros y a la izquierda de la carretera que conduce a la parroquia de A Parte. Sus aguas son muy apreciadas y de ellas hacen acopio a diario los vecinos y otras gentes del entorno. Llaman la atención algunas de las piedras labradas con las que fue construida, que posiblemente formaron parte del antiguo cenobio.