Un ourensano de 53 años, Manuel F. G., deberá seguir de forma rigurosa un control médico durante dos años, por su responsabilidad como autor de un incendio forestal por imprudencia ocurrido en marzo del 2002. La vista del caso se celebró ayer sin que asistiese el acusado. Su ausencia obligó a celebrar el juicio, aun cuando las partes se mostraban de acuerdo en el mejor sentido de la pena, pues no era formalmente posible la conformidad, que siempre ha de asumir personalmente el propio imputado. La vista, partiendo de esa disposición, se limitó al testimonio de los peritos, para determinar el grado de imputabilidad de acusado, que padece una enfermedad de tipo mental. Como quiera que, además, el acusado ya había hecho frente al pago de la responsabilidad civil, limitado a los gastos de los servicios de extinción, pues los vecinos perjudicados renunciaron a cualquier indemnización, tanto el ministerio público como la Xunta y el defensor coincidieron en la búsqueda del mejor desenlace, limitando el castigo al tratamiento médico ambulatorio durante un período de dos años. La prisión, según explicó el psiquiatra, sería desaconsejable. La condena es consecuencia de un incendio que el 20 de marzo del 2002 arrasó una hectárea de matorral y otra arbolada, en los montes de Sabucedo y Sampaio, en el municipio de Baltar. El fuego se había propagado desde el lugar conocido como Sixto, donde el acusado, sin la debida diligencia y cuidado, había encendido una hoguera para quemar basura.