Inma Medina sufrió la muerte de su bebé: «Cambia tu forma de entender la vida y tu carácter»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

Inma Medina perdió a su bebé Jorge a los quince días de vida.
Inma Medina perdió a su bebé Jorge a los quince días de vida. SANDRA ALONSO

La cirujana del CHUS cuenta que su hijo, Jorge, tuvo una parada cardíaca pocos días después de nacer y tuvo que ingresar en la uci neonatal, donde finalmente falleció

15 oct 2025 . Actualizado a las 15:55 h.

Para quien desea convertirse en madre o padre, el embarazo es una etapa cargada de ilusiones y sueños. Pero estos anhelos a veces no se materializan. Inma Medina López, miembro del servicio de cirugía del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), conoce este dolor de una manera profundamente personal. El 6 de diciembre del 2022, se enfrentó a la muerte súbita de su bebé, que había nacido quince días antes. En el Día Mundial de la Concienciación sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal, que se conmemora cada año el 15 de octubre, Inma decide contar su historia y la de su hijo, con el propósito de arrojar luz sobre un tipo de duelo que a nivel social continúa, a día de hoy, rodeado de silencios y culpa, pero que ocurre en uno de cada 2.000 nacimientos en España.

En noviembre del 2022, Inma tuvo una cesárea de urgencia. Fue la primera complicación en un proceso que, hasta entonces, había sido tranquilo. «Fue un embarazo deseado y sin muchas complicaciones. Pero el posoperatorio fue complicado. Fue una cesárea urgente y hubo complicaciones infecciosas», cuenta.

Después de unos días de ingreso, se fue a casa con su bebé, Jorge. «Aparentemente, todo estaba bien, hasta que tuvo una parada cardíaca en el salón de casa. Se activaron los protocolos, se llamó al 061 y se pusieron todos los medios posibles a disposición. Tuvo un ingreso en la uci neonatal durante cinco días con todos los tratamientos que podían darle, pero se vio que no tenía ninguna posibilidad de recuperarse porque era una muerte cerebral. Se decidió limitar el esfuerzo terapéutico y sedar a Jorge», relata la madre.

«Cuando ingresas con un neonato que ha nacido con vida, pero ha tenido una complicación, en ese momento te sientes una persona muy vulnerable. Estás pendiente de cualquier información, de cualquier señal de mejoría. Toda tu esperanza y toda tu ilusión están puestas en esa nueva vida, que es lo que has esperado. Es muy difícil tomar decisiones cuando te veías abocado a una nueva vida y estás en una situación que acaba con el fallecimiento del bebé», cuenta Inma.

En este difícil proceso, el acompañamiento por parte del personal sanitario es crucial para sostener a los padres. Inma asegura que la atención que recibió en el servicio de Neonatología del hospital fue clave para que su duelo fuese, dentro del dolor inevitable, lo más llevadero posible. «Creo que es muy importante la cercanía y la humanización de los servicios, el expresar la información a la familia de manera paulatina para que puedan asimilarla y el estar disponibles para hablar con nosotros», cuenta.

Además del apoyo por parte de psicología, que les facilitaron desde el primer momento, les permitieron también organizar visitas de los familiares a la unidad, entre otras medidas importantes. «Nos permitieron realizar un bautizo dentro de la uci, coordinado por el párroco del hospital. Pude acceder a la uci para sostenerlo en mis brazos, ponerle música, peinarlo y bañarlo. La posibilidad de crear recuerdos, de estar cerca de estos bebés y mantener esa relación con ellos es fundamental. A día de hoy, creo que mi duelo está avanzado porque pude empezarlo de la manera más sana posible, sin tener la sensación de que se me había separado de él», explica. Para Inma, la empatía del personal médico es importante, pero no reemplaza la ayuda profesional por parte de un psicólogo en estos casos.

El fallecimiento de un hijo

Cuando el fallecimiento de un hijo ocurre en la etapa perinatal, es decir, durante la gestación o poco después del parto, puede ser difícil para los demás comprender el duelo por el que los padres están pasando. «Como sociedad, no estamos mentalizados. Asociamos todavía el test positivo de embarazo a una vida y un futuro hijo sano y perfecto. Y cuando te ves en esta situación, te encuentras muy solo e incomprendido por parte de la sociedad», señala Inma.

«La muerte prenatal, neonatal y gestacional engloba muchos diagnósticos y muchos casos, pero no es nada desdeñable porque uno de cada cuatro embarazos terminan de esta manera», señala Inma, haciendo referencia al hecho de que muchas gestaciones no llegan a término. En este sentido, explica que es importante hacer espacio para ese dolor. «Es importante que no se minimice lo que sufrimos los padres por estos fallecimientos. Muchas gente nos pide que intentemos pensar en que ya tendremos más hijos, o que probablemente el bebé tenía una enfermedad y tenía que ser así, que es mejor ahora que más tarde. Esto puede ser muy doloroso como padres», observa.

Por eso, la madre recomienda buscar el apoyo de psicólogos, pero también, de otras personas que hayan pasado por este tipo de duelos. «La sociedad minimiza el dolor y no lo considera de igual gravedad que cuando fallece, por ejemplo, un padre u otro miembro de la familia. Creo que hay que visibilizar este dolor e integrarlo. Poder hablar de esa persona que ha vivido dentro de la familia», explica.

«Una experiencia vital como esta, que es la de ver fallecer a un hijo cuando no lo esperas, porque esperas que te sobrevivan por ley natural, te marca inevitablemente y cambia tu forma de entender la vida, de ver las cosas y, obviamente, cambia tu carácter. Ahora le doy mucha más importancia de la que ya le daba al trato con los pacientes y con las familias. La parte humana de la relación médico-paciente es fundamental», concluye.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.