Así funciona el nuevo método de selección de semen que permite elegir el sexo del bebé

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

La selección de embriones está prohibida en España, salvo cuando se hace por motivos médicos. La selección del esperma podría ser una solución para elegir el sexo del bebé.
La selección de embriones está prohibida en España, salvo cuando se hace por motivos médicos. La selección del esperma podría ser una solución para elegir el sexo del bebé. La Voz de la Salud | iStock

La selección de esperma con este método es efectiva para elegir el sexo del bebé en un 80 % de los casos

23 mar 2023 . Actualizado a las 10:33 h.

Una investigación realizada en Estados Unidos ha probado una novedosa técnica para seleccionar espermatozoides y lograr que el embrión sea de un sexo u otro. El estudio, publicado en PLOS ONE, halló que el método tiene una eficacia cercana al 80 % para lograr el sexo deseado, y que lo consigue de forma segura, ya que la técnica no afecta a la carga genética del embrión resultante. Si bien en España está prohibido seleccionar el sexo del bebé, salvo por causas médicas como la prevención de enfermedades ligadas a cromosomas sexuales, en otros países, como Estados Unidos, esta práctica está permitida. 

«El estudio sobre la nueva técnica para seleccionar el sexo de los espermatozoides está escrito por uno de los principales pioneros en reproducción asistida, el profesor Palermo, al que se atribuye el descubrimiento del ICSI o microinyección espermática. Es un estudio bien diseñado, con un alto número de casos, de buena calidad científica», explica la embrióloga Rocío Núñez, directora científica del Grupo Internacional UR y profesora en el Máster de Reproducción de la Universidad Complutense y de la Sociedad Española de Fertilidad.

¿Cómo se determina el sexo de una persona?

El ser humano tiene 23 pares de cromosomas en cada una de sus células. Uno de estos pares es el que define el sexo. Si es el XX, será femenino, mientras que si es XY, será masculino. Pero esta combinación se define en el momento de la concepción, y en ese proceso es decisivo el rol del espermatozoide. En los hombres, al contar con los cromosomas X e Y, los espermatozoides se encuentran repartidos, de modo que algunos de ellos llevan el cromosoma X y otros, el Y. Dado que todos los óvulos tienen el cromosoma X, el cromosoma que aporte el espermatozoide será el que defina el sexo del nuevo embrión.

En la reproducción natural, sabemos que el espermatozoide que fertiliza al óvulo es, simplemente, el primero en alcanzarlo. Pero cuando la fertilización del óvulo se lleva a cabo en un laboratorio, la situación cambia. Dependiendo de las técnicas de reproducción asistida que se usen, el espermatozoide puede llegar a ser específicamente seleccionado e inyectado dentro del óvulo. Entonces, ¿cómo se puede seleccionar el sexo en estos casos?

Hay dos formas de hacerlo. La más precisa es el análisis genético preimplantacional del embrión, mediante el cual se extrae una célula de este y se pueden observar en ella los cromosomas. «La otra es utilizar técnicas en las que tú preparas el semen de manera que sepas si son espermatozoides X o espermatozoides Y», explica Núñez. Esta última es la técnica que propone el nuevo estudio publicado en PLOS ONE. Recordemos que en España no es legal la selección del sexo del bebé en los tratamientos de fertilidad asistida, a menos que sea por motivos médicos. 

Cómo funciona la selección de espermatozoides

«La técnica es muy sencilla, porque en realidad, es muy parecida a lo que ya hacemos en el laboratorio cuando cogemos muestras de semen para utilizarlas en reproducción asistida. Es un procedimiento que llamamos "lavado". Cogemos la muestra de semen, ponemos una serie de medios de cultivo, quitamos el plasma seminal y dejamos los espermatozoides en ese medio de cultivo. De esa manera, cogemos uno al azar, se microinyecta en el óvulo y así se fertiliza. Ahora, con esta técnica, ese sistema de lavado se hace poniendo varias capas del medio de cultivo. Como los espermatozoides X e Y tienen peso diferente, lo que se consigue con estas capas es obtener unas fracciones separadas, enriquecidas en X o en Y. De esa manera, de la fracción que nosotros queramos, cogemos los espermatozoides. Pero esa muestra que hemos seleccionado simplemente está enriquecida de una u otra manera. Esto quiere decir que no todos los espermatozoides van a separarse según queramos», explica Núñez.

«El espermatozoide que escoges, no sabes qué carga genética tiene. Sabes que tienes muchas más probabilidades de que sea el que tú deseas con esta técnica, pero no vas a estar seguro. Mientras que, si haces selección del embrión, lo que se hace es coger una célula del embrión y se analizan sus cromosomas, y ya se sabe con seguridad si es X o es Y», detalla la experta. El método, entonces, no es 100 % eficaz. Cuando seleccionamos espermatozoides mediante la técnica de lavado, apunta Núñez, hay un 80 % de probabilidades de que el elegido sea del sexo deseado. Por esta razón, considera que «desde un punto de vista meramente médico, el empleo de esta técnica cuando existen enfermedades ligadas al sexo como, por ejemplo, la hemofilia, no sería adecuado, ya que un 80 % de probabilidades deja a la pareja con un 20 % de posibilidades de que el bebé no sea del sexo escogido, dando lugar a una persona con la enfermedad».

La especialista recalca que «si existe una enfermedad ligada al sexo, en esos casos no está prohibido utilizar la técnica de selección de embriones. Cuando hay una enfermedad genética que no queremos que pase a los hijos, los embriones que se han producido se analizan y el que no tiene la enfermedad es el que se transfiere. Ahora mismo, en la mayoría de enfermedades, la selección que se hace no es por el sexo, sino por la enfermedad. En otras palabras, no elegimos que sea niña para transferir, sino que elegimos el embrión que no tiene el gen de la hemofilia, po rejemplo».

Los autores del estudio «proponen que esta técnica pueda utilizarse tanto para parejas que quieren seleccionar el sexo del bebé por deseo personal como por motivos médicos cuando existe una enfermedad ligada al sexo, y que eso sería más ético que emplear un test genético preimplantacional», observa Núñez.  

¿Este método modifica las probabilidades de lograr el embarazo? La investigación halló que no, ya que no había una tasa menor de implantación o de embarazo clínico en las familias que utilizaron la selección espermática con respecto al grupo de control. En Estados Unidos, donde la selección de embriones en base al sexo está permitida por la ley, dos estudios recientes indicaron una reducción significativa en la tasa de implantación cuando las parejas elegían el embrión en base al sexo deseado en lugar de elegir el de mejor calidad. En este sentido, la selección espermática podría, en combinación con el análisis genético del embrión, mejorar las probabilidades de contar con un embrión del sexo deseado que sea de buena calidad para garantizar mayores probabilidades de lograr un embarazo viable. Pero todo esto es irrelevante en países como España, donde el análisis genético del embrión para elegir el sexo no es una práctica legal.

En el estudio, que analiza la seguridad y eficacia del nuevo método de selección del semen para elegir el sexo, se incluye un seguimiento de los bebés que han sido gestados a partir de esta técnica. Destacan que no se han hallado de ningún tipo en ellos, y a los tres años, presentaban un desarrollo normal para cualquier niño su edad.

Esta información es especialmente importante, teniendo en cuenta que, como reconoce en un comentario al estudio el doctor Guido Pennings, del Bioethics Institute de la Universidad de Gante, en Bélgica, los estudios de seguimiento de los bebés en el campo de la reproducción asistida son poco frecuentes. Al mismo tiempo, cabe señalar que la muestra de niños analizados nacidos a raíz de la selección espermática es de un total de 29 casos, lo que se considera demasiado pequeño para sacar conclusiones relevantes a nivel general. Harán falta más estudios para determinar de manera fiel la seguridad de este método.

Consideraciones éticas

El nuevo estudio, desarrollado en Estados Unidos, propone la selección de espermatozoides mediante lavado como una medida más ética para poder elegir el sexo de un bebé, pudiendo utilizarse de manera aislada, sin que haya un análisis genético del embrión para la fecundación in vitro. ¿Qué opinan los expertos?

Pennings coincide con Núñez y considera que esta selección de esperma no sería el método ideal «cuando hay un alto riesgo genético. Cuando es así, el análisis genético del embrión es necesario». Aun así, el experto señala que habría que estudiar si este riesgo del 20 % es aceptable para las familias que quieren elegir el sexo de su bebé por motivos personales.

«En un principio, cuando se prohibió la selección de sexo, fue porque, en determinadas etnias, comunidades o sectores se prefieren, por ejemplo, los niños a las niñas. Para evitar que haya más niños que niñas, se prohibió. Pero ahora mismo, el hecho de que en España se pudiera seleccionar el sexo no tendría ninguna implicación ética, desde mi punto de vista, porque puede ser algo que decida una familia que tiene cinco hijas y quiere un varón. Son casos muy puntuales. Esto no va a hacer que todo el mundo elija el sexo», asegura Núñez.

Por otro lado, observa la bióloga, el deseo de elegir el sexo del bebé actualmente «no es nada frecuente». «Las parejas que recurren a la reproducción asistida lo que quieren es tener un hijo sano y les da igual el sexo del bebé. No creo que fueran muchos los pacientes que recurrirían a ello», afirma.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.