¿Cuánto van a tardar en atenderme en Urgencias? Una guía en base al problema que tengas

EL BOTIQUÍN

El tiempo de espera en Urgencias puede llegar a ser de hasta 240 minutos si tras el triaje se considera que se trata de un caso no grave.
El tiempo de espera en Urgencias puede llegar a ser de hasta 240 minutos si tras el triaje se considera que se trata de un caso no grave. La Voz de la Salud

En menos de diez minutos, el equipo de emergencias valorará la gravedad de un cuadro, cuya atención oscilará entre la inmediatez y las cuatro horas

22 nov 2022 . Actualizado a las 17:16 h.

Ir a Urgencias y tener que armarse de paciencia antes de ser atendido por un médico es, en realidad, una buena noticia. A nadie le gusta esperar, pero si han pasado tres horas y media desde que llegó al hospital y todavía no ha sido recibido por un facultativo, relájase, no debería tener nada de lo que preocuparse, no está siendo maltratado por el sistema. El tiempo de espera en Urgencias está protocolizado a través de distintos niveles; cada nivel tiene asignado un color; y cada color, un tiempo para ser atendido. Piensen en alguna escena de cualquier serie de médicos. Seguro que han visto como los técnicos de emergencias atraviesan las puertas de Urgencias con las camillas al grito de «¡código rojo!». Esta clasificación, que a veces pasa desapercibida, es la que va a determinar su atención y todo depende de un elemento importantísimo: el triaje.

¿Cuánto tiempo debe pasar entre que entremos por la puerta y pasemos por triaje?

El triaje es el primer proceso que afronta el paciente en una atención médica de urgencia. El objetivo es identificar los síntomas de la persona enferma para poder clasificar la gravedad de su cuadro clínico. Es un trámite breve que se acompañará, además de la observación del profesional, de una pequeña entrevista siempre que sea posible. No se trata de establecer un diagnóstico, sino de valorar la gravedad del caso. En función de las necesidades se establecerá un escalón dentro de los cinco niveles de urgencia de los que, generalmente, se componen todos los sistemas de clasificación de emergencias.

El triaje es uno de los grandes indicadores de la calidad de un servicio de Urgencias. El problema no es tener que esperar hasta cuatro horas por la atención médica; lo realmente preocupante es que el triaje se retrase. Josep Gómez Jiménez, médico especialista en medicina interna y consultor de salud, estableció en el año 2003 cuatro criterios de triaje para medir la calidad de los servicios de Urgencias. 

  1. El primero es que menos de un 2 % de los pacientes que acudan a Urgencias se marchen sin haber sido atendidos por un médico.
  2. El segundo es que el tiempo transcurrido entre que el paciente llega y se inicia su clasificación sea inferior a diez minutos.
  3. El tercero es la recomendación de que la clasificación (el triaje) del paciente se realice en menos de cinco minutos.
  4. El cuarto es que el tiempo máximo de espera de un paciente en Urgencias sea de cuatro horas (240 minutos).

Por tanto, según las investigaciones de Gómez Jiménez, el tiempo de espera máximo antes de que nos llamen al triaje debe de ser de diez minutos. Posteriormente, el tiempo máximo de espera en Urgencias antes de que el médico nos llame a consulta no debería superar las cuatro horas. 

¿Quién debe realizar el triaje? Un debate entre enfermeros y médicos

Wilfredo Soler Pérez ocupaba el cargo jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Virgen del Camino (Pamplona) cuando publicó en el año 2010 un estudio sobre el funcionamiento de los sistemas de triaje en la sanidad española. En él explica que «dado que el triaje no se fundamenta en diagnósticos y sus resultados en las diferentes escalas han sido siempre muy satisfactorios, el triaje es reivindicado desde sus inicios por enfermería». No obstante, hay diferentes sistemas que cuestionan la posibilidad de que este triaje sea realizado por médicos y no por enfermeros —entre ellos el sistema donostiarra—; otros hablan de modelos mixtos en los que sea el personal de enfermería el que lo ejecute, pero bajo criterios y protocolos establecidos por los médicos. 

El doctor Raúl Bermejo, hasta hace un mes coordinador del Grupo de Triaje de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) coincide: «La literatura y los estudios dicen que el profesional más idóneo para realizar el triaje es el personal de enfermería. Tienen la formación, la capacitación y las habilidades más que suficientes para llevar a cabo el proceso. Teniendo en cuenta que hay que hacer un uso eficiente de los recursos, tener un médico en triaje se ha demostrado que, en la práctica, acaba por converir el proceso en una consulta rápida y el triaje no es eso».

Explica además Bermejo que en su día se publicó un estudio que proponía un cambio de funcioamiento en las Urgencias, eliminando el triaje y llevando el modelo de los actuales supermercados a la práctica médica. «Hay por ahí un artículo que propone la eliminación del triaje porque se generan cuellos de botella. A cambio, se proponía algo similar a lo que vemos en algunas grandes superficies comerciales: una cola única y que cuando haya una consulta libre, el paciente vaya pasando. Eso suena muy bien, pero si el último de la cola va con un infarto o una patología tiempodependiente y cuando pasa el triaje ya se ha comido media hora o 45 minutos, sus opciones terapéuticas ya han disminuido».

Criterios de clasificación y tiempos de espera en las Urgencias

En España conviven varios modelos de clasificación de las urgencias hospitalarias. Aunque algunas áreas hospitalarias, como Navarra o San Sebastián, introducen variaciones, lo cierto es que la mayoría de modelos se basan desde la década de los noventa del siglo XX en cinco niveles de prioridad basado en una premisa: lo urgente no siempre es grave y lo grave no es siempre urgente. Aunque a nivel mundial se reconocen cinco modelos de triaje, en España los que han logrado mayor implantación son el Manchester Triage System (SET) y el Sistema Estructurado de Triaje (SET).

 Los cinco modelos más comunes de triaje

  • Australian Triage Scale (ATS)
  • Canadian Emergency Department Triage and Acuity Scale (CTAS)
  • Manchester Triage System (MTS)
  • Emergency Severit Indez (ESI)
  • Sistema Estructurado de Triaje (SET)

Sistema de Mánchester

El MTS (Manchester Triage System) es el modo de clasificación de pacientes más común en la mayoría de hospitales europeos. En España, en la actualidad, es el sistema elegido por los servicios de salud de Galicia, Asturias, Madrid, Comunidad Valenciana y Extremadura para sus hospitales públicos. Se trata de un método de cribado que comenzó a desarrollarse en 1994 y que establece cinco escalones a los que se les atribuyó un número, un color y un nombre en base al tiempo máximo que debe transcurrir hasta el primer contacto con el terapeuta. Así, el nivel menos urgente sería el 5 (azul) y el más urgente —que requeriría antención inmediata— sería el 1 (rojo). La adaptación de este modelo en España fue revisado en el año 2002 por un equipo del Hospital de Ourense.

Así, la máxima prioridad será para pacientes con alteración súbita y crítica del estado de salud, en riesgo inminente de muerte y que requieran atención inmediata; en el segundo, pacientes con cuadros súbitos, agudos, con riesgo de muerte o complicaciones serias; el tercer nivel será para aquellas personas que no presenten riesgo de muerte, ni secuelas invalidantes; en el cuatro, pacientes sin compromiso de funciones vitales, ni riesgo de complicación inmediata a los que se les tratarán sus síntomas y serán atendido en Consulta Externa de Primer nivel o especializada en el mismo Hospital de acuerdo al caso; por último, en quinta posición, serán atendidos los pacientes sin compromiso de funciones vitales ni riesgo de complicación inmediata para los que habrá un tratamiento sintomático hasta que asistan a una cita con un médico extrahospitalario. 

El sistema de Mánchester contempla un total de 52 posibles motivos de consulta agrupados en cinco categorías diferentes: enfermedades, lesiones, niños, conductas anormales e inusuales y catástrofes. Está diseñado para que la gravedad y la necesidad de atención al paciente pueda ser clasificada después de cuatro o cinco preguntas como máximo. Como en este proceso no se busca establecer un diagnóstico, es perfectamente posible que lo pueda realizar un enfermero o enfermera independientemente de su experiencia clínica. 

El cuestionario que nos ubicará en un nivel o en otro dependerá de las respuestas afirmativas o negativas a unas preguntas ya establecidas. Un ejemplo. ¿Están las vías respiratorias comprometidas?, ¿está el paciente en shock?, ¿el paciente es un niño que no responde?, ¿hay una crisis convulsiva?. Si la respuesta a alguna de esas cuestiones es sí, el paciente quedará clasificado inmediatamente en el nivel 1; si la respuesta es no, habrá que formularse nuevas preguntas hasta definir su nivel de urgencia. La mayoría de los problemas de salud se clasifican en base a las respuestas a estos interrogantes, la excepción son los problemas que cursan con dolor abdominal, que tienen preguntas diferentes.

Ejemplos de tiempos de espera según el problema médico.

Nivel 1 (rojo) - atención inmediata: paro cardiorrespiratorio, obstrucción de vía respiratoria alta, hemorragia profusa, dolor torácico precordial de posible origen cardiogénico, shock, paciente inconsciente que no responde a estímulos, trauma severo (accidente tráfico, quemaduras en más del 20 % del cuerpo, heridas de bala o arma blanca, amputación...), sobredosis o intoxicaciones graves, cambios en el estado mental o cualquier otro caso que precise de atención inmediata en la sala de reanimación.

Nivel 2 (naranja) - muy urgente - tiempo máximo de espera de diez minutos: frecuencia respiratoria alta, crisis asmáticas con broncoespasmo, descompensación por diabetes, convulsiones recientes, dolor torácico no cardiogénico, sangrado gastrointestinal con signos vitales estables, descompensación hepática, descompensación tiroidea, herida cortante que requiera sutura, desprendimiento de retina, reacción alérgica sin compromiso respiratorio, retención urinaria, cóligo renal que no responde a los analgésicos, cuerpos extraños en orificios corporales, crisis de ansiedad, cefalea mayor de doce horas, coagulopatía, etc.

Nivel 3 (amarillo) - urgente - tiempo máximo de espera de una hora: dolor abdominal con náuseas, vómitos, diarrea con signos vitales estables, heridas que no requieren sutura, intoxicación alimentaria, sinusitis aguda, urticaria, fiebre de más de 39º sin síntomas asociados, vértigos, lumbalgia aguda, broncoespasmo leve, síntomas de infección urinaria alta, deshidratación leve, otitis aguda, etc.

Nivel 4 (verde) - normal - tiempo máximo de espera de dos horas: faringitis aguda, amigdalitis aguda, enfermedad diarreica sin deshidratación o vómitos, absceso sin fiebre, sangrado vaginal leve en no gestante con funciones vitales estables, enfermedades crónicas no descompensadas y similares.

Nivel 5 (azul) - no urgente - tiempo máximo de espera de cuatro horas: fiebre sin síntomas asociados, resfriado común, dolor de oído leve, dolor de garganta sin disfagia y similares.

Sistema Estructurado de Triaje (SET)

Desarrollado en el año 2000 por el Hospital Nostra Senyora de Meritxell de Andorra, fue abrazo por la Sociedad Española de Emergencias (SEMES) en el año 2003 y bautizado como Sistema Estructurado de Triaje (anteriormente conocido como Sistema Español de Triaje). Este método, que también consta de cinco niveles, utiliza un método de colores distintos; el azul (nivel I) se asigna a las personas que precisan de reanimación y atención inmediata, el rojo (nivel II) a las emergencias, el naranja (nivel III) a los pacientes urgentes, el verde (nivel IV) es para los menos urgentes y el negro (nivel V) es asignado a aquellos pacientes no urgentes. En la práctica, pese a esta diferenciación, muchos hospitales españoles que utilizan el SET, utilizan igualmente la escala crómatica del Sistema Mánchester por ser «cromáticamente mucho más representativa».

El sistema SET, además de en España, puede encontrarse en algunos países de Latinoamérica

Pero en qué se diferencia el SET del Mánchester. Lo cierto es que, en la práctica, las diferencias son mínimas. «Te podría decir que, a grandes rasgos, no tienen casi diferencias. Por ponerte un ejemplo típico del día a día, es como si utilizas el Microsoft Office o el OpenOffice, son pequeñas diferencias para llegar al mismo sitio», apunta Raúl Bermejo, miembro de la SEMES. Yendo al detalle, el profesional explica que la gran diferencia «es que uno va por procesos y otro por motivos de consulta, pero el resultado es muy similar». «Ambos sistemas cuentan con sus estudios de fiabilidad, validez, relevancia y utilidad, lo que los hace aptos para ser utilizados en cualquier hospital».

En cuanto a los tiempos de actuación, Bermejo explica la única apreciación que marca el SET son unos percentiles de cumplimiento. «Te dice que el 85 % de los pacientes tienen que se valorados en menos de 120 minutos, pero, al fin y al cabo, los tiempos de espera son los mismos. Cuatro horas como máximo. Con relación al nivel III, uno te marca 30 minutos y otro 45, pero son los mismos. Son cuestiones más bien teóricas que prácticas o clínicas del día a día. Hablamos de percentiles de cumplimiento, cuando hablamos de la totalidad de los pacientes nos iríamos a los mismos tiempos que en el Mánchester».

En su planteamiento se reducen los tiempos de espera en cada nivel según los percentiles de cumplimiento.

  • Nivel I - azul - reanimación: atención inmediata.
  • Nivel II - rojo - emergencia: atención inmediata del personal de enfermería y tiempo de espera para atención médica de siete minutos.
  • Nivel III - naranja - urgente: tiempo de atención de 30 minutos.
  • Nivel IV - verde - menos urgente: tiempo de atención de 45 minutos.
  • Nivel V - negro - no urgente: tiempo de atención de 60 minutos.

En cualquier caso, como se ha dicho, los tiempos de espera son muy similares. «Lo importante y básico del triaje es que no debe haber ningún paciente que acuda a un servicio de urgencias que esté más de 10 minutos esperando para ser valorado por un profesional sanitario. El riesgo no está en que esperes. Puedes esperar, pero siempre tras ser valorado por un profesional», incide Bermejo que se refiere a algunas críticas habituales que reciben los servicios de Urgencias: «La gente a veces dice “no es que hay que ir muriéndose para que te atiendan primero”. Es que si vienes con una patología urgente-grave, una emergencia, se te va a atender antes que si vienes por un dolor en el dedo gordo del pie con más de dos meses de evolución. Se hace para establecer una prioridad de urgencia y gravedad, y esa valoración previa hay que hacerla en menos de diez minutos», explica.

Urgencias pediátricas, los tiempos son distintos a los de los adultos

Las distintas escalas de triaje que organizan las urgencias de los hospitales fueron desarrolladas pensando en una población adulta. Cuando se trataron de trasladar estos criterios a la población infantil apareció un problema: no necesariamente eran efectivos ¿Qué pasa entonces con los niños? Para solventar este problema se ha acabado desarrollando un triaje pediátrico con características propias. 

Características del triaje en la población pediátrica

  • El nivel I se concentra en los niños de menor edad.
  • Existe un menor nivel de urgencia y el mayor porcentaje acaban siendo clasificados como niveles IV y V.
  • El mismo nivel de urgencia, implica menos complejidad.
  • Los niños tienen un menor tiempo de estancia, consumen menos recursos y el índice de ingresos es menor.
  • La mayor parte de los casos son procesos infecciosos y febriles.
  • Las 10 categorías sintomáticas más frecuentes en niños suponen la práctica totalidad de los motivos de consulta.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.