Amores tóxicos

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LA VOZ DE LA ESCUELA

Respeto, libertad, igualdad y confianza son las claves de una relación sana
Respeto, libertad, igualdad y confianza son las claves de una relación sana MARCOS MÍGUEZ

En la adolescencia conviene estar alerta ante relaciones de pareja poco saludables

22 mar 2018 . Actualizado a las 08:19 h.

Pepa y Pepe son una pareja de 16 años que lleva dos semanas saliendo. Tanto ella como él están estudiando y por ahora solo se ven los fines de semana, pero mantienen contacto por el móvil. Pepe le manda cada vez más wasaps a Pepa: «¿Dónde estás? ¿Qué haces? ¿Con quién estás? ¿Por qué no me contestaste antes?». Una noche se van de cena los dos solos. Ese día ella se pone un vestido corto que le han regalado, pero Pepe al verla le dice que la van a mirar todos los chicos y que a él eso no le gusta, que si se lo ha puesto para provocar. Pepa le dice que no, pero él se tira toda la noche enfadado y distante con ella. Pepa se siente culpable. A partir de este momento, Pepe le prohíbe vestir determinadas prendas de ropa. Pepa no protesta porque piensa que es normal: está tan enamorado de ella. Y así, sin darse cuenta, sube el primer peldaño de la escalera cíclica de la violencia machista. Después llegará la presión para el abandono de aficiones, el alejamiento de amigos y familia, las intimidaciones, las humillaciones, los insultos, las amenazas… y quizá las agresiones sexuales y la violencia física, los dos últimos escalones.

Con la historia de Pepe y Pepa, la socióloga Carmen Ruiz Repullo, autora del informe sobre violencia machista en adolescentes (Instituto Andaluz de la Mujer, 2016), intenta transmitir a los más jóvenes la idea de que la violencia comienza desde el primer escalón de control. Las cifras demuestran que los jóvenes asocian con facilidad una agresión física con la violencia machista, pero no identifican las escenas de celos, el aislamiento social o los chantajes emocionales del tipo «Si me quisieras de verdad, harías esto por mí» como tal. Y esta realidad es muy preocupante.

Ante la tentación de culpabilizar a Pepa por dejarse dominar y calificarla de tonta o decir que ella se lo ha buscado, Ruiz Repullo recuerda el clásico ejemplo de la rana: si intentas meter una rana viva en agua muy caliente, pegará un salto y escapará. Pero si la introduces a temperatura ambiente y la vas calentando poco a poco, la rana estará demasiado débil para huir. «Y en este punto hay que apoyar a Pepa y poner la mano para que salte o, directamente, agarrarla y sacarla de allí».

De cara a prevenir las relaciones de pareja insanas a los hijos, hay que transmitirles un concepto de amor saludable caracterizado por:

Respeto mutuo. Es imprescindible que las relaciones de pareja se establezcan sobre la base del respeto mutuo, en un modelo igualitario, nunca de dominio-sumisión.

Libertad. Debemos darle a la otra persona la libertad que debemos exigir para nosotros mismos.

Independencia. Debemos transmitirles la idea de que una pareja, aunque esté muy unida, no tiene que hacer todo en conjunto. Unas veces se pueden compartir actividades, otras estar con amigos o incluso disfrutar en soledad.

Diversidad. No hay un único modelo de amor universal para todas las personas. Hay múltiples opciones, y todas son válidas siempre que se den las anteriores características: respeto mutuo, libertad e independencia.

Bienestar. Una pareja debe aportar alegría, buena onda, emociones positivas… El sufrimiento, el dolor y las lágrimas son incompatibles con el amor.

En resumen, ¿cómo debería ser una relación de pareja sana? Aquella que se basa en cuatro pilares fundamentales: respeto, libertad, igualdad y confianza.

8 síntomas peligrosos

Padres y madres deben ayudar a sus hijos a detectar las señales del amor insano (sin esperar a que lleguen a producirse agresiones verbales o físicas) y a actuar en consecuencia:

1 Los celos. No le dejes que piense que él es celoso porque la quiere. No se pueden justificar los celos en nombre del amor.

2 El control. La desconfianza y constante supervisión atenta contra la independencia y autonomía de la persona.

3 El aislamiento. Cuando se intenta alejar a la pareja de los amigos, la familia, los compañeros de clase, las redes sociales...

4 El acoso. No hay que confundir una actitud positiva, como el interés y la atención que nos dedica una persona, con el hecho de que nos vigile, persiga, acose...

5 La humillación. Ocurre cuando se ningunea a la pareja, se le dice que no vale para nada, se le hace burla, se la avergüenza en público... Esta actitud supone un ataque directo a la autoestima de la persona descalificada.

6 Las amenazas. Se producen cuando se avisa a la pareja de que, si no hace lo que se le dice, puede tener consecuencias. A veces es suficiente con dos palabras: «Tú verás».

7 El chantaje emocional. Es una forma de intimidación y presión para crear sentimiento de culpa o cargo de conciencia: «Si no vuelves conmigo, me suicido», o: «Si no me dices las contraseñas de tu correo, es que no me quieres».

8 La presión. Por ejemplo, para tener relaciones sexuales sin desearlo. Puede mostrarse en forma de enfado, victimismo o amenaza de cambiar de pareja. «Me obligas a buscar a otra que me satisfaga más que tú».

escuela de padres 

? TEMA DEL MES: Educar en igualdad.

? ETAPA: Adolescencia.

? EL DATO: 266 menores juzgados por violencia machista en el 2017, frente a los 179 del año anterior (datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial).

? ALGUNAS CLAVES: Fomentar el sentido crítico ante los estereotipos sexistas que transmiten películas, concursos de televisión, videojuegos, videoclips musicales…

? PARA SABER MÁS: «Graduando violencias cotidianas. La construcción social de las relaciones amorosas y sexuales en la adolescencia», charla de Carmen Ruiz Repullo en la que se puede escuchar la famosa historia de Pepe y Pepa: https://goo.gl/5oeP3Z