Viaje a la cuna del castellano

LA VOZ DE LA ESCUELA

Ciprés del monasterio de Santo Domingo de Silos al que cantó el poeta Gerardo Diego
Ciprés del monasterio de Santo Domingo de Silos al que cantó el poeta Gerardo Diego CARLOS OCAMPO

En el apartado Santo Domingo de Silos se escribieron las primeras palabras de la lengua española

25 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Habrá a quien le parezca una locura. Alejarse de los calores gallegos del mes de agosto para sufrir el aún más sofocante ardor castellano con el fin de dedicar las vacaciones a eso que se llama turismo cultural. Pero no es para tanto: hoy los coches, los hoteles y los restaurantes tienen todos aire acondicionado, de modo que la tortura de caminar bajo un sol de justicia se alterna con momentos de frescor y se hace más llevadera. Y así resulta más fácil sucumbir al tentador atractivo de viajar a la cuna del castellano. Al mismísimo centro de la provincia de Burgos.

Allí se escribieron las glosas silenses. En el monasterio de Santo Domingo de Silos, un enclave de gran belleza natural rodeado de montañas y alejado del resto del mundo. A no demasiada distancia, en el riojano de San Millán de la Cogolla, por los mismos años (finales del siglo X o principios del XI) se escribieron las otras glosas, las emilianenses. «Explicación que se escribe al margen como aclaración de un texto», reza la primera definición que da el Diccionario de la Real Academia de la palabra glosa. Y eso son los primeros documentos que contienen palabras del que hoy es el segundo idioma materno del mundo: aclaraciones o explicaciones en lengua romance en homilías y penitenciales escritos en latín. Los monjes anotaban en los márgenes o entre líneas traducciones de las expresiones latinas que no entendían. Algunas glosas están en vasco, pero la mayoría corresponden al dialecto navarroaragonés. Las glosas silenses no se conservan en Santo Domingo de Silos. Los monjes benedictinos tuvieron que venderlas para conservar el monasterio, y hoy las custodia la Biblioteca Británica.

Entonces, si no están las glosas, ¿para qué ir a Silos? ¿Compensa aun así? Pues sí, porque tiene mucho más que ofrecer. Para empezar, si vamos un día de fiesta solemne, asistir a los oficios religiosos tiene recompensa, porque la congregación benedictina conserva costumbres como la de celebrar sus ritos cantando. Y la grandiosidad del templo contribuye a la emoción que produce escuchar estas antiguas oraciones en gregoriano.

La visita al claustro es otra de las actividades que hacen de Silos un destino cultural de primera. Los guías se encargarán de explicar con pormenor la rica imaginería románica que adorna sus columnas y paredes y algunos detalles constructivos, como los canales subterráneos para conducir el agua. En este patio interior destaca el «enhiesto surtidor de sombra y sueño» al que cantó el poeta de la generación del 27 Gerardo Diego.

El ciprés que se eleva como saeta que quiere alcanzar el cielo inspiró al poeta, que el 4 de julio de 1924 se hospedó en el monasterio, uno de los más aclamados sonetos de la poesía en lengua castellana. Lo dejó escrito en el libro de firmas de la abadía, pero lo publicó en 1925 en Versos humanos. No fue el único soneto que el vate dedicó al árbol. En otros dos se volvió a referir a él en 1933 y en 1936.

Cinematográfico Arlanza

Para los menos culturetas, Silos también ofrece una sorpresa mayúscula. En diversos parajes vecinos del Arlanza, un río que desemboca en el Pisuerga, se rodó uno de los más famosos espagueti wésterns del más afamado director de este subgénero: Sergio Leone. Se trata de El bueno, el feo y el malo, en la que actúa entre otros Clint Eatwood, quien todavía no era más que el germen de la leyenda que ha llegado a ser a día de hoy, y cuya banda sonora compuso Ennio Morricone.

Desde el centro de Santo Domingo de Silos podemos iniciar una excursión a pie que nos llevará hasta el cementerio donde se rodó el duelo final, el de Sad Hill, peculiar por la disposición circular de las tumbas. Salvo por la prolongada subida inicial, la ruta no ofrece complejidad, pues discurre por una amplia pista de tierra.

Ya con el coche, podemos acercarnos a otros enclaves míticos de la película, como el ruinoso monasterio de San Pedro de Arlanza, en Hortigüela, transmutado en la misión de San Antonio. Sigue el enlace que te dejamos en las actividades para avanzar por esta ruta.

Más que ver

Quien disfrute del contacto con la naturaleza tiene muchas posibilidades. Una, que seguro entusiasmará a los niños, es acercarse al desfiladero de La Yecla. Puede hacerse a pie desde Santo Domingo de Silos, pues media una distancia no excesiva. Una vez allí, unas pasarelas bien seguras nos permiten recorrer la no muy larga garganta, pero muy vistosa por su angostura y profundidad. El verano no es la mejor época para disfrutar del espectáculo que ofrecen las aguas, pero se ven muy cerca y con facilidad los buitres que anidan en las alturas del cañón.

Ya cogiendo el coche podemos acercarnos a dos pueblos castellanos que se cuentan entre los más bellos de España, Covarrubias y Caleruega. En el primero es obligatorio visitar la torre de Fernán González (el protagonista del cantar de gesta que lleva su nombre), del siglo X. Es también conocida como de doña Urraca, la hija del conde cuya leyenda te invitamos a descubrir en las actividades.

Silos está muy cerca de Burgos, de donde arranca una ruta denominada Camino del Cid (de unos 1.400 kilómetros de senderos y 2.000 de carreteras). Siguiendo las huellas del Cantar de Mio Cid, los parajes y los castillos que aparecen en el cantar de gesta, está dividido en etapas temáticas de entre 50 y 300 kilómetros. Una ruta que bien podríamos empezar en la admirable catedral gótica en la que yacen los restos del legendario héroe.

 Si preferimos encaminar nuestros pasos en dirección opuesta, en poco tiempo llegaremos, después de pasar Coruña del Conde, a la colonia romana Clunia Sulpicia, una excavación de la que debió de ser una magnífica e importante urbe en la que destaca un bien conservado anfiteatro.

 actividades

Hay muchos análisis del soneto «Enhiesto…». Solo con teclear las palabras del primer verso te aparecerán varios, de más o menos complejidad. Este es uno sencillo: http://bit.ly/2xhv03W

Gerardo Diego dedicó al ciprés de Silos otros dos sonetos, que puedes leer aquí: http://bit.ly/2zJb6R4

Para no perderse en el Camino del Cid: http://www.caminodelcid.org/

Para saber más sobre la leyenda de doña Urraca: http://bit.ly/2fMPUkt

Si quieres visitar los escenarios de «El bueno, el feo y el malo», aquí tienes dos enlaces. Desde el primero podrás descargarte un mapa:http://rutabfm.blogspot.com.es/

http://bit.ly/2fVRYqe