Zelenski ordena retirar tropas cerca de Járkov para «salvar sus vidas»

Miguel Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Rescatadores en un centro de evacuación en Járkov.
Rescatadores en un centro de evacuación en Járkov. SERGEY KOZLOV | EFE

Los rusos se apoderan de los distritos de Lukyantsiv y Vovchansk después de una encarnizada lucha en las calles mientras Estados Unidos teme que Moscú esté ganando impulso para una ofensiva general

15 may 2024 . Actualizado a las 22:55 h.

El Estado Mayor ucraniano ordenó el repliegue de sus tropas cerca de Jarkov para «evitar víctimas civiles» y «salvar las vidas de los militares» como consecuencia de la presión del Ejército ruso en la región. Los soldados se han retirado de dos distritos, Lukyantsiv y Vovchansk, donde se combatía ya cuerpo a cuerpo en las calles.

El presidente Volodímir Zelenski ha cancelado todos sus compromisos, entre ellos una visita oficial a España este próximo viernes, debido a un agravamiento de la guerra en el frente que ha sorprendido incluso a Estados Unidos. La Casa Blanca muestra abiertamente su temor a que el Kremlin gane en este relanzamiento de sus operaciones el impulso necesario para cambiar el curso de la contienda.

Las últimas horas han sido determinantes para la orden de retirada, según se desprende de los mensajes difundidos por las fuerzas armadas justo antes del repliegue. Los defensores han contabilizado hasta dieciocho ataques rusos en los alrededores de Járkov. El avance se ha tornado insostenible cuando han caído las últimas barreras en los centros urbanos.

«Continúan los combates activos en las calles de Vovchansk, la situación es extremadamente difícil. El enemigo está tomando posiciones en las calles de la ciudad. Ciudadanos, por favor, evacúen», pidió este miércoles a primera hora en la televisión estatal Volodímir Tymoshko, jefe de la Dirección General de la Policía Nacional en la región de Járkov.

Tymoshko ordenó la movilización de decenas de agentes, incluso puerta por puerta, para ayudar a los civiles en el desalojo. El portavoz del Estado Mayor, Dmytro Lykhova, reconoció que la situación es muy complicada. Los invasores están «concentrando sus esfuerzos en la región de Járkov, así como en las direcciones de Kramatorsk y Pokrovsky», en pleno óblast de Donetsk, y sus «acciones de fuego y asalto» fueron las causantes de que las unidades ucranianas hayan retrocedido para «salvar vidas» a posiciones que consideran «más ventajosas».

El Ejército evitó pronunciarse sobre los soldados fallecidos en la operación, pero se suponen abundantes. El Kremlin afirma que solo en Lukyantsiv han muerto 125 ucranianos y que en todos los asaltos llevados a cabo en el último día este balance se eleva al millar de fallecidos, aunque las informaciones sobre bajas son habitualmente muy poco fiables. En la ofensiva los rusos habría destruido varios almacenes secretos donde Kiev guardaba armas procedentes de los arsenales occidentales.

El frente de Jarkov se ha convertido ahora en el principal fiel de la balanza de guerra. Lykhova señaló que, pese al repliegue, los defensores mantienen al «enemigo bajo el control constante del fuego de nuestra artillería y unidades de vehículos aéreos no tripulados» con el fin de «evitar que se afiancen» dentro de los dos distritos ocupados. Por su parte, el nuevo ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, declaró que su prioridad actual es mantener el suministro de misiles, drones, equipos de guerra electrónica y munición de armas ligeras a las trincheras para seguir minando la resistencia ucraniana.

Beloúsov aprovecha una evaluación como la de la Dirección General de Inteligencia de Ucrania, cuyo máximo responsable, Kirill Budanov, ha alertado de que las reservas de las tropas locales se encuentran en niveles mínimos en Járkov.

De la Segunda Guerra Mundial a 2024

La región, la segunda más importante del país, arrastra una leyenda bélica que la invasión reverdece tristemente. Hitler catalogó a Járkov como uno de sus objetivos principales durante la Segunda Guerra Mundial gracias a su potente industria, mucha de ella bélica, y su condición de motor económico de la Unión Soviética. La región fue escenario de cuatro grandes batallas de tanques. Sus habitantes, casi un millón, huyeron en masa.

La ciudad entró a formar parte de aquellas más devastadas de la contienda mundial. Quedó reducida a escombros. En el 2022 los rusos tomaron Járkov tras una serie de encarnizados enfrentamientos. Durante la contraofesiva posterior, Ucrania reconquistó el enclave en el 2023. Desde entonces, Járkov ha sido una punta de lanza para Kiev, que ha podido realizar bombardeos de acoso sobre sus enemigos desde esta región.

Su recuperación por lo tanto es estratégica para el Kremlin, que presumiblemente también busca concentrar aquí el grueso del Ejército ucraniano para debilitar otras líneas del frente, en especial la que mantiene protegida Chasiv Yar, otra plaza deseada por Moscú. Así lo entienden al menos algunos de los analistas principales de Estados Unidos, que no descartan que Putin esté orquestando una ofensiva general para este verano en el Dombás.

El comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, el general Oleksandr Syrsky, se ha desplazado directamente al frente para «tomar las decisiones» de combate «sobre la base de información completa». Syrsky comunica todas sus impresiones a Zelenski varias veces al día. El presidente tenía previsto viajar este viernes a España, donde iba a ser recibido por el rey Felipe VI antes de reunirse con el Gobierno en busca de ayuda militar, pero canceló toda su agenda debido al empeoramiento de la situación en el norte de Járkov.

A la Casa Blanca le preocupa que las tropas rusas estén avanzando en varias direcciones del Donbás al mismo tiempo, aunque cree que estos movimientos son todavía lo suficientemente débiles como para que Ucrania no los neutralice cuando se rearme con los equipos enviados desde Occidente. Más inquietan, sin embargo, los éxitos en el terreno tecnológico.

La Inteligencia estadounidense admite que Moscú ha desarrollado diferentes técnicas de guerra electrónica que han borrado gran parte de la munición y de los drones de ataque suministrados por EE.UU. y los aliados de la OTAN. Un artilugio que parece resultar especialmente efectivo es un sistema de descontrol que consigue interferir en las guías de los misiles y de los drones para desviarlos hacia zonas inocuas.