La ultraderechista Chega se afianza como tercera fuerza, en un cita electoral con la participación más alta en unas legislativas desde el 2005
11 mar 2024 . Actualizado a las 00:17 h.El empate entre la coalición conservadora de Luís Montenegro y los socialistas de Pedro Nuno Santos en las elecciones de este domingo en Portugal, anuncia un período de inestabilidad. Con el 98,5 % escrutado, la Alianza Democrática (AD) tiene 28,77 % de lo votos y el Partido Socialista (PS), 28,68 %. Como tercer partido está el ultraderechista Chega, de André Ventura, con el 18,60 % de los votos. Le siguen Iniciativa Liberal (4,62 %), el Bloco de Esquerda (4,13 %), y la alianza de comunistas y ecologistas CDU (2,98 %).
Estos resultados indican un viraje del país hacia la derecha, tras más de ocho años de Gobierno del primer ministro socialista António Costa, sobre todo por el gran avance de Chega, y la caída tanto del PS como de sus antiguos socios de la geringonça. La ultraderecha se afianza en Portugal, que hasta ahora había escapado a la creciente influencia de los populistas en la UE, justo cuando el país celebra medio siglo de la Revolución de los Claveles.
El panorama ha ido cambiado a lo largo de la noche electoral, después de que la encuesta a pie de urna de RTP/Universidad Católica daba a la Alianza Democrática una ajustada victoria al recoger entre el 29 y el 33 % de los votos, que le daría entre 83 a 91 diputados de los 230 escaños del Parlamento y situaba al Partido Socialista en una horquilla de entre el 25 y 29 %apoyos (69 a 77 escaños) y a Chega, liderada por André Ventura, entre el 14 al 17 % (40 a 46). Le siguen Iniciativa Liberal (IL), 5-7% (7 a 10 diputados); el Bloco de Esquerda, 4-6% (5 a 7 ); Livre 3-5% (4 a 6), CDU, 2-4% (2 a 3), los animalistas de PAN, entre 1,5-2,5% (hasta 2 diputados).
Las decenas de invitados en el cuartel general de AD saltaron de alegría y comenzaron a gritar «Portugal, Portugal», cuando a RTP mostró el rostro de Montenegro como el próximo primer ministro.
Noche electoral
A las 18.50 hora local, Santos llegó al hotel Altis, en Lisboa, donde los socialistas suelen celebrar sus noches electorales. «Es un día muy importante para todos, el más importante de nuestra democracia porque elegimos quién gobernará Portugal», dijo a los periodistas que le esperaban en la puerta.
Poco antes había llegado a otro hotel lisboeta desde Espinho, próxima a Oporto, Luís Montenegro, que reiteró a la prensa que no había preparando «ningún discurso». «Esperemos lo que digan los portugueses en las urnas, no vale la pena anticiparse», afirmó.
Alta participación
Los portugueses se volcaron en las legislativas en las que elige al Gobierno que sucede al del socialista António Costa. A media tarde, la participación era del 51,96 %, una cifra que supera a la que alcanzaron al final todos los comicios parlamentarios desde el 2015, cuando la afluencia fue del 55,86 %, según el Ministerio del Interior). Los datos -que indican la participación hasta las 16.00 hora local- son superiores al 48,57 % registrado en total en el 2019 y al 51,42% del 2022.
La proyección del Centro de Estudios y Encuestas de Opinión (Cesop) de la Universidad Católica estima que la tasa de abstención se ubicará entre 32 % y 38 %, la más baja desde el 2005, según recogen dos diarios portugueses.
Unos 10,8 millones de portugueses estaban llamados a renovar los 230 escaños del Parlamento, en las elecciones anticipados tras la dimisión en noviembre de António Costa por una investigación de corrupción, un mes antes del cincuenta aniversario de la Revolución de los Claveles.
La única incidencia de la jornada electoral fue la queja de la coalición conservadora AD, que denunció que algunos votantes confundieron su papeleta con la de otro partido con nombre casi similar, ADN (la ultranacionalista Alternativa Democrática Nacional), y apeló a la Comisión Nacional de Elecciones a que pidiera el «voto informado» para evitar más errores y que los votantes vieran que son dos partidos distintos.
Otras fuerzas políticas, como el Partido Socialista y Alternativa Democrática Nacional, denunciaron que, con estas denuncias, Alianza Democrática estaba aprovechando para alargar la campaña electoral. Ante la dimensión que ha alcanzado la polémica, la comisión electoral ordenó que los medios de comunicación cesaran «cualquier referencia a cualquier candidatura o partidos políticos respecto a este tema».
Dos años después
Estas elecciones llegaron poco más de dos años después de los anteriores, debido a que la tercera legislatura de Costa, a pesar de que se preveía como la más estable porque tenía mayoría absoluta, se truncó a la mitad. El primer ministro, en el poder desde el 2015, renunció el pasado 7 de noviembre tras saberse investigado en un caso de irregularidades en negocios del litio, el hidrógeno y un centro de datos, a pesar de que la Fiscalía apenas ha divulgado información y no hay ninguna acusación formal.