La democracia de Estados Unidos, otra vez a prueba

Rosa Paíno
Rosa Paíno APUNTES

INTERNACIONAL

Cartel con el lema «Trump miente todo el tiempo» antes  el Tribunal Penal de Nueva York poco después de anunciarse la imputación del expresidente.
Cartel con el lema «Trump miente todo el tiempo» antes el Tribunal Penal de Nueva York poco después de anunciarse la imputación del expresidente. JUSTIN LANE | EFE

31 mar 2023 . Actualizado a las 22:20 h.

De nuevo la democracia en EE.UU. se pone a prueba. Y, de nuevo, el causante no es otro que Donald Trump. El mismo que incitó a miles de sus seguidores a tomar por la fuerza la sede de la democracia estadounidense el 6 de enero del 2021 para impedir que el Congreso ratificara la transferencia de poder a su rival demócrata, Joe Biden.

Recae sobre su espalda el deshonor de ser el primer expresidente en la historia del país en ser acusado de un cargo penal y dos procesos de impeachment. Nada sorprendente teniendo en cuenta su trayectoria personal y política, y todas las líneas que cruzó durante su mandato en la Casa Blanca. Desde el despacho que lo convirtió en uno de los hombres más poderosos del planeta rompió todos los moldes de la decencia con su verdad alternativa (noticias falsas, en definitiva), sus teorías conspiranoides, el desprestigio de las instituciones del Estado, sus vínculos con el Kremlin o sus coquetos con dictadores como Kim Jong-un. 

Sobre su defensa ante la acusación de sobornar a una actriz porno, nada nuevo bajo el sol. El mantra de siempre: una «acusación falsa, corrupta y desgraciada» contra él, el juez le odia, una caza de brujas de los demócratas para frenar su segundo asalto a la Casa Blanca, un ataque al «pueblo estadounidense»... Mientras, entre los republicanos nadie se atreve a disentir.

El caso Stormy solo es uno más de los procesos que se ciernen sobre él. Pero ni es el único ni el más trascendental para la democracia de su país. Aún está por ver su papel en el asalto al Capitolio, la apropiación de documentos secretos o las presiones a un alto cargo electoral de Georgia para que sacara de donde fuera los 11.780 votos que le darían la victoria en este estado clave.