McCarthy pierde la decimotercera votación, pese al apoyo de 15 republicanos ultras

C. Conejero / P. E. M. NUEVA YORK / COLPISA, EFE

INTERNACIONAL

El congresista por California Kevin McCarthy recibe el apoyo de parte de la bancada republicana.
El congresista por California Kevin McCarthy recibe el apoyo de parte de la bancada republicana. JIM LO SCALZO | EFE

Salga o no elegido, el caos parece instalado en el Partido Republicano y anuncia un complicada legislatura

06 ene 2023 . Actualizado a las 21:45 h.

El caos instalado por el Partido Republicano en el Capitolio parece que ha llegado para quedarse, salga o no elegido su candidato a presidir la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. El ala dura de la formación parece dispuesta a convertir en un infierno la próxima legislatura. 

Este viernes, en la cuarta sesión de la Cámara, McCarthy volvió a quedarse sin los votos necesarios para ocupar el ansiado sillón del Congreso. En la duodécima votación el representante por California logró que 14 republicanos que habían votado en su contra cambiaran su apoyo tras una amplia serie de concesiones. Aún así recibió 213 votos a favor y no los 218 necesarios para convertirse en speaker

En la votación número 13, McCarthy parecía rozar el cargo ya que tan solo necesitaba el apoyo de al menos tres de los siete congresistas díscolos, al ausentarse varios legisladores del hemiciclo. Los buenos augurios acabaron en fiasco: solo logró un voto más, 214.

Una racha humillante de cuatro días y trece derrotas consecutivas en una elección que ya es la más prolongada desde 1859.

El grueso de los republicanos comienzan a perder la paciencia en este duelo de poder entre McCarthy y el grupo ultraconservador. El hartazgo era palpable ante la insistencia del candidato de que esperará el tiempo que sea necesario hasta acceder al cargo y agotar la lista de concesiones a los extremistas.

Este viernes, el grupo de republicanos díscolos, agrupados en el llamado Freedom Caucus, ha vuelto a nominar a otros dos aspirantes, Kevin Hern y Jim Jordan. El legislador de Florida Matt Gaetz, aliado del expresidente Donald Trump, fue quien propuso a Jordan y en su intervención aseguró que McCarthy no conseguirá los votos necesarios «ni hoy, ni mañana, ni la próxima semana, ni el próximo mes».

Es, por tanto, uno de los huesos más duros de roer para el californiano, que aspira a convertirse en speaker, el tercer cargo en importancia de EE.UU. entre cuyas funciones está fijar gran parte del calendario legislativo, decidir qué proyectos se votan y cuándo.

En la duodécima votación los dos aspirantes de los ultras Hern y Jordan, obtuvieron 3 y 4 respaldos, respectivamente. En la decimotercera, Jordan logró 6.

Mientras, los demócratas han nominado de nuevo a su líder en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, que en cada sesión sigue agrupando los 212 votos de su formación, insuficientes para presidir una Cámara que cuenta con 435 asientos.

Antes de entrar este viernes en el Capitolio, el propio McCarthy declaró a los medios que está teniendo reuniones con los veinte congresistas díscolos. «No estoy diciendo que tenemos un acuerdo. Estamos en una buena posición y tenemos reuniones», dijo.

La jornada del jueves alcanzó un nuevo nivel de surrealismo durante la séptima votación cuando Matt Gaetz nominó a Trump como presidente de la Cámara, a pesar de su rechazo el día anterior a la exhortación del expresidente a votar por McCarthy. La idea no es nueva y fue ya propuesta con anterioridad, porque, según el reglamento del Congreso estadounidense, el presidente de la Cámara de Representantes no tiene que ser necesariamente un miembro elegido del Congreso. 

Concesiones

Ese mismo jueves, McCarthy informó a los republicanos sobre las concesiones que había hecho a los ultraconservadores, incluido aceptar las condiciones que él previamente se había negado a aprobar. Una de las concesiones es reducir de cinco a uno el número de miembros necesarios para proponer una moción de censura al presidente de la Cámara Baja. Su aceptación revela la desesperación del líder republicano por alcanzar el centro de poder. Una medida que de prosperar debilitaría aún más su cargo y promovería la ingobernabilidad de la Cámara, a merced de las luchas de poder internas.

McCarthy pactó también posicionar a más miembros de Freedom Caucus en el Comité de Reglas de la Cámara, que debate la legislación antes de que pase al pleno. En otra importante concesión, acordó permitir votaciones plenarias para instituir límites de mandato para los miembros y promulgar legislación específica sobre políticas fronterizas.

La Cámara de Representantes no puede continuar con su actividad hasta que se elija a su presidente, por lo que las votaciones deberán repetirse hasta llegar un acuerdo.