Giorgia Meloni, una líder exitosa pero contradictoria

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni
La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni YARA NARDI | REUTERS

La líder de Hermanos de Italia es la favorita para convertirse en primera ministra

26 sep 2022 . Actualizado a las 08:10 h.

Ninguna mujer ha sido jefa del Gobierno en la historia de Italia. Giorgia Meloni, líder del partido de ultraderecha Hermanos de Italia (HI), puede estar a punto de conseguirlo, lo cual puede considerarse una paradoja típicamente italiana, ya que HI tiene posiciones conservadoras en temas como el aborto y los roles de género.

Meloni nació en Roma en 1977. Como afirma ella misma, creció en una familia matriarcal y, según refieren los medios italianos, tiene una relación muy estrecha con su hermana Arianna. Empezó en política muy joven: a los 15 años se unió al Frente de la Juventud, la organización juvenil del partido neofascista Movimiento Social Italiano (MSI); cuatro años más tarde se convirtió en la líder de Acción Estudiantil, el movimiento para estudiantes de Alianza Nacional, partido democrático postfascista, heredero del MSI.

Entre el 2008 y el 2011, durante el último Gobierno de Berlusconi, fue ministra de la Juventud, un papel de mucho prestigio y poco poder, gracias al que empezó a ser conocida también fuera de Roma. Mantiene un vínculo muy fuerte con la capital italiana: habla con un acento romano muy marcado, y tanto Roma como la región del Lacio constituyen el baluarte de HI. Meloni cuenta con una autoridad absoluta en el partido, que contribuyó a fundar en el 2012. A diferencia de otras formaciones, como el Partido Demócrata o la Liga, su liderazgo nunca ha sido cuestionado.

Es una líder política contradictoria. Ni ella ni su partido son una amenaza para la democracia italiana, pero Meloni parece olvidar que la República Italiana es fruto de la lucha de los partisanos italianos contra el fascismo. Es partidaria de la OTAN, pero hasta hace poco no ocultaba su admiración por Viktor Orbán, el primer ministro húngaro pro-Putin. Se declara orgullosamente madre y cristiana, defiende la familia tradicional, pero no está casada con su pareja, y no parece ser practicante. Si de verdad se convierte en primera ministra, nadie sabe cómo gobernará.