La mayoría ultraconservadora del Supremo da un vuelco a la agenda política de EE.UU.

Mercedes Gallego NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

Manifestantes antes la sede del Tribunal Supremo de Estados Unidos
Manifestantes antes la sede del Tribunal Supremo de Estados Unidos JONATHAN ERNST

El país celebra este lunes el Día de la Independencia en medio de las tensiones sociales por las recientes decisiones del alto tribunal sobre las armas, el aborto y el medio ambiente

04 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En apenas dos semanas las sentencias emitidas por el Supremo de Estados Unidos han transformado radicalmente el país, con un giro tan conservador que ningún presidente hubiera podido lograrlo. El tribunal ha expandido el derecho a portar armas libremente, ha restringido severamente el del aborto hasta quedar completamente anulado en algunos estados, ha difuminado la separación entre Iglesia y Estado, ha fortalecido el poder policial y ha impedido a la Administración regular la industria del carbón para luchar contra el cambio climático.

Las barbacoas de este 4 de julio, en el que Estados Unidos celebra su Día de la Independencia, serán un aquelarre en el que las mujeres quemen el calendario de sus menstruaciones, los hombres saquen brillo a sus pistolas y los evangélicos recen desafiantes. Sobre la llama, carbón. Negro, oscuro, muy contaminante. Nadie puede impedirlo. El Supremo es la última instancia.

Con el ramillete de sentencias bomba que ha emitido, la nueva supermayoría conservadora ha dado instrucciones a todos los jueces del país sobre cómo tienen que fallar: apegados a la Constitución con la que se fundó Estados Unidos hace 234 años y enraizados en la «tradición». No la de hace medio siglo, cuando en 1973 sus antepasados aprobaron el derecho al aborto en el caso Roe contra Wade, sino la de 1868, cuando se aprobó la 14 enmienda constitucional.

Los tres jueces progresistas disintieron airadamente en todas estas sentencias, calificando el apego «originalista» de su colegas de «acartonado y agarrotado». Los padres fundadores, interpretan ellos, «definieron los derechos en términos generales para permitir la futura evolución de los mismos en alcance y significado». 

Supermayoría: 6-3

¿Cómo se ha llegado a esta situación? El republicano George W. Bush tuvo la oportunidad de nombrar a dos jueces del Supremo, Samuel Alito y John Roberts, que junto a los tres nombrados por Donald Trump y el elegido por Bush padre, el afroamericano Clarence Thomas, forman hoy la supermayoría de 6-3 que decide inevitablemente el rumbo de las sentencias, incluso si alguno de ellos no está de acuerdo.

La nueva camada de jueces que ha logrado instalarse en el máximo tribunal del país, vinculados a la Sociedad Federalista, tienen entre 50 y 57 años. Su cargo es vitalicio y pasarán décadas transformando con sus autos la vida de varias generaciones en las que, por primera vez en la historia, las mujeres de EE.UU. tendrán menos derechos que sus madres.