Macron y Le Pen volverán a disputarse el Elíseo en un segunda vuelta

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Atlas

La ultraderechista confía en las fisuras abiertas en el frente republicano sobre el cordón sanitario para llegar a la presidencia. Con el 97% escrutado, el presidente logra el 27,6 % de los votos y a la ultraderechista, el 23,41 %.

11 abr 2022 . Actualizado a las 09:35 h.

Francia revivirá el próximo día 24 de abril la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2017: el duelo por disputarse el palacio del Elíseo entre el centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, después de que los franceses así lo decidieran este domingo en la primera ronda electoral al ser los dos candidatos más votados.

Con el 97 % de los votos escrutados, Macron ha logrado el 27,6 % de los votos, mientras que la líder de extrema derecha obtiene 23,41%. Son cuatro puntos de diferencia que permitirán al líder de La República en Marcha generar una dinámica en torno al «gran movimiento de unidad y de acción» que prometió anoche: «Estoy dispuesto a inventar algo nuevo para unir convicciones y sensibilidades diversas». «No quiero una Francia que solo tenga como aliados a la internacional de populistas y xenófobos», añadió.

Le Pen llega en segundo lugar, pero los resultados ponen de manifiesto que la extrema derecha y en general los extremos no han desaparecido del mapa político como prometió Macron cuando llegó al poder, es más, obtienen sus mejores resultados si se suman los votos de Le Pen y los de Eric Zemmour, que rondó el 7 %, y los de la izquierda radical, liderada por Jean-Luc Mélenchon, que se mantiene en torno al 20 % de votos, casi similar al resultado obtenido en el 2017.

El resultado del voto útil

Otra consecuencia de la primera vuelta es que el resto de contrincantes fueron víctimas del voto útil de los electores que han preferido optar por los candidatos que tenía más posibilidades de ir a la segunda ronda, en lugar de hacerlo por los aspirantes más cercanos a su sensibilidad política. Es el caso de Claire, votante de izquierdas, que optó por depositar su voto útil, apoyando a Macron por ser el mejor situado para evitar una victoria de Le Pen: «He preferido elegir con la cabeza en lugar del corazón para evitar lo peor». Pero se lamentaba de esta situación: «No hay una verdadera oferta política».

Las principales víctimas de este voto útil son las candidatas de los dos partidos de gobierno tradicionales, que sufren un varapalo histórico: la socialista Anne Hidalgo que no recogió más que un 2 % de los votos, y la conservadora Valérie Pécresse, que si se confirman las últimas estimaciones no obtendría ni un 5 %. Estos resultados obligará a los dos partidos a asumir todos los gastos de la campaña electoral.

Los equipos de Macron acogieron con alivio las llamadas a votar por su líder en la segunda vuelta. Desde conservadores a comunistas, incluido Mélenchon, que aunque no pidió el voto por Macron, repitió una y otra vez que no había que dar «ni un voto» a Le Pen y dejó que sus electores actúen según su «conciencia». Solo Zemmour pidió el voto por la presidenta de la Agrupación Nacional.

Emmanuel Macron ha logrado descomponer el paisaje político tal y como se propuso en el 2017, pero ahora tiene por delante la tarea de recuperar el voto de protesta que se ha instalado, y que podría transformarse en un voto anti-Macron el 24 de abril.

.