La ofensiva terrestre rusa se ralentiza

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

STRINGER | Reuters

En espera del avance de tropas desde los tres frentes hasta Kiev, los misiles y la aviación castigan sin piedad ciudades como Mariúpol o Járkov

09 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En el decimotercer día de guerra, Rusia ha ralentizado su ofensiva terrestre, aunque continúa castigando con su aviación y sus misiles el norte, este y sur de Ucrania. Los bombardeos indiscriminados dejan ciudades devastadas y cientos de miles de civiles sin comida, sin luz y sin posibilidad de huir, aunque varios cientos de residentes de Irpín y Sumi tuvieron más suerte y pudieron escapar al abrirse por primera vez dos corredores humanitarios. No así los de Mariúpol, donde de nuevo se frustró la evacuación.

La conquista de esta ciudad portuaria del mar de Azov es clave para las aspiraciones de Vladimir Putin de unir Crimea con el Dombás. Mariúpol está «bloqueada» y «agotada» por el asedio de las tropas rusas y de sus aliados separatistas, denunció el presidente Volodimir Zelenski. Puso como ejemplo de los abusos de los invasores la muerte de un niño por deshidratación, «quizás por primera vez desde la invasión nazi». «Escuchadme, queridos aliados. Un niño ha muerto deshidratado. ¡En el 2022!», denunció.

Horas antes de la llegada de los autobuses para evacuar a los civiles de Sumi, un bombardeo durante la noche contra edificios de viviendas dejó 21 muertos, entre ellos dos niños, según las autoridades locales. El alcalde de Irpín, Oleksandr Markushin, reconoció que una parte de la ciudad está en manos rusas, mientras que en la otra las tropas ucranianas resisten, informa Efe. Durante los combates pereció un conocido actor y cantante ucraniano, Pasha Lee, 33 años, que se había enrolado en las fuerzas de defensa.

Varios analistas militares consideran que Moscú está superando sus problemas logísticos y podría iniciar en pocos días el asalto en el capital. El sonido de las alarmas antiaéreas en Kiev ha sido sustituido por el himno nacional de Ucrania. La semilla del odio crece frente al invasor por los innumerables ataque a civiles de los últimos días, como en Makariv, donde el lunes una bomba mató a 13 personas cuando hacían cola ante una panadería, o Mykolaiv, donde ayer tres maestros de un orfanato murieron cuando fue atacado el minibús en el que viajaban, marcado con una cruz roja.

En Járkov perecieron 27 civiles en el último día de bombardeos. Las imágenes compartidas en las redes sociales por sus habitantes muestran la devastación causada en la segunda ciudad de Ucrania: calles llenas de escombros y fachadas de edificios destrozadas.

El ministro de Sanidad ucraniano, Víktor Lyashko, denunció que los bombardeos han dejado inoperativos 61 hospitales en toda Ucrania, mientras el titular de Defensa, Oleksiy Reznikov, dijo que han sido destruidas más de 200 escuelas ucranianas, 34 hospitales y 1.500 edificios residenciales.

Más de 2.000 muertos rusos

Entre 2.000 y 4.000 soldados rusos han muerto en la invasión de Ucrania, afirmó el jefe de la CIA, William Burns, ante el comité de inteligencia del Congreso estadounidense. Unas cifras que superan los 500 muertos reconocidos por Moscú. Burns, que fue embajador en Moscú en los años 90, señaló que EE.UU. mantiene un «intercambio intensivo de inteligencia» con Ucrania, incluidos detalles de la planificación militar rusa.

Polonia está lista para transferir de manera «gratuita» todos sus cazas de combate Mig-29, unos 28 según Europa Press, al Ejército de EE.UU. para que sean utilizados por pilotos ucranianos.