EE.UU., por su parte, calificó de «crimen de guerra» el ataque contra la central nuclear ucraniana y consideró que es un ejemplo de la manera «temeraria» en la que Moscú está llevando a cabo la invasión de Ucrania. Para la ONU, las operaciones militares rusas fueron «inaceptables», y «altamente irresponsables».
La central Zaporiyia tiene seis de los quince reactores operativos en toda Ucrania, con lo que es la principal suministradora de energía al país. Es además la más grande de Europa y la tercera del mundo. Entró en servicio en 1985 cuando existía todavía la antigua Unión Soviética. Fue un año antes del accidente de Chernóbil, central ahora bajo el control de las tropas rusas después de duros combates en sus inmediaciones al comenzar la ofensiva rusa.