La Voz
Sin optimismo y sin prisas. Así estudia Rusia la respuesta de EE.UU. y la OTAN a sus demandas de seguridad, en especial su oposición a frenar la ampliación a Europa del Este. De su reacción depende el desenlace de la actual tensión militar con Ucrania.
«No hay muchos motivos para el optimismo», dijo lacónico el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dejó claro por su parte que «en el documento no hay una reacción positiva sobre el asunto principal»: la política de puertas abiertas de la OTAN. Más de un mes tardó Occidente en responder por escrito a las demandas rusas. Ahora, el presidente Vladimir Putin también se tomará su tiempo.