Un Boeing 777-200 sufrió un fallo en un motor al poco de despegar desde la capital de Colorado y algunas partes de la nave cayeron sobre un barrio a las afueras de la ciudad. «Primero pensé que estábamos siendo bombardeados», declaró una testigo
22 feb 2021 . Actualizado a las 08:28 h.Un avión que partió el sábado de la ciudad estadounidense de Denver con destino a Honolulú, en Hawái, debió regresar de emergencia tras sufrir problemas con un motor, cuyas partes cayeron sobre un suburbio de la capital del estado de Colorado, según informaron las autoridades. En un vídeo filmado desde dentro de la aeronave, en la que viajaban 231 pasajeros y diez tripulantes, se ve el motor derecho en llamas en el ala, mientras la aeronave vuela sobre un paisaje árido.
La nave, un Boeing 777-200 operado por United Airlines, retornó al aeropuerto internacional de Denver y aterrizó de «forma segura, después de experimentar un fallo en su motor derecho poco después de despegar», indicó en un comunicado la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés), recoge Efe. No hubo heridos, según las autoridades.
Un portavoz del aeropuerto internacional de Denver dijo a la cadena CNN que el aterrizaje se produjo hacia las 13.30 hora local (21.30 en España). «La FAA está al tanto sobre informes de retos en las cercanías de la trayectoria de vuelo del avión», detalló la agencia.
«La Administración Federal de Aviación está ahora al tanto sobre los informes de los restos del aparato que se hayan caído en las cercanías de la trayectoria de vuelo», detalló la agencia.
Además, señaló que la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés) se hará cargo de la investigación y de actualizar los informes sobre este hecho.
La policía de Broomfield, una ciudad que forma parte del área metropolitana de Denver, publicó en su cuenta de Twitter que un avión estaba sobrevolando el área por problemas en el motor y que habían caído partes sobre varias zonas.
«No se informaron de heridos en este momento», agregó la policía, que difundió fotos de restos de metal que terminaron sobre los jardines de varias viviendas y en un parque. «Primero pensé que estábamos siendo bombardeados. ¡Había tantos escombros en el cielo!», contó una testigo al Denver Post.
En una serie de mensajes, la policía pidió también a los residentes que no tocaran o movieran los trozos que se desprendieron del avión e invitó a los residentes a que informaran a las autoridades sobre las partes que encontraran en sus casas.