Rusia propone congelar el arsenal nuclear para prolongar un año el tratado de desarme START

Rafael M. Mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

 Putin observa el lanzamiento de un misil durante los ejercicios navales en el norte del Ártico hace dos años
Putin observa el lanzamiento de un misil durante los ejercicios navales en el norte del Ártico hace dos años Itar Tass | Reuters

Tras su negativa inicial, Washington aceptaría «de inmediato» un acuerdo «verificable» al incluir Moscú a última hora las temidas ojivas atómicas

20 oct 2020 . Actualizado a las 20:41 h.

Rusia volvió a realizar este martes su oferta de prolongar por un año el tratado para la reducción y limitación de armas nucleares START, que expira el 5 de febrero del 2021 y es ahora mismo el último pacto de control de armas vigente entre ambas potencias. Añade, eso sí, la propuesta de «congelar» durante ese período el arsenal atómico de ambas partes.

«Rusia, al proponer la extensión del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas por un año, está dispuesta además a asumir junto con Estados Unidos el compromiso político de congelar también el número de cabezas nucleares», anunció en un comunicado el Ministerio de Exteriores ruso, en el que se recuerda que el pasado viernes el presidente Vladimir Putin ya propuso a Washington prorrogar el acuerdo por un año «sin condiciones».

Esos doce meses, según Moscú, servirían para negociar los términos de un nuevo tratado de limitación de armas atómicas. Estados Unidos, sin embargo, lo rechazó y de ahí que este martes se haya incluido la idea de «congelar» el número de ojivas nucleares mientras dure la extensión del acuerdo. Putin ya lo sugirió la semana pasada, cuando habló de incluir en las negociaciones los nuevos misiles hipersónicos y otras armas desarrolladas por Rusia en los últimos años, pero no lo formuló de forma expresa.

El nuevo START o START III se firmó el 8 de abril del 2010, cuando al frente de la Casa Blanca estaba Barack Obama y del Kremlin el presidente Dimitri Medvédev. Establece un máximo de 1.550 ojivas atómicas por ambas partes y un límite de 800 lanzaderas de misiles balísticos intercontinentales no desplegadas y de 700 si están operativas en tierra o a bordo de navíos y bombarderos estratégicos.

El nuevo matiz introducido este martes por Rusia ha hecho que Estados Unidos, tras su negativa inicial, le instase a reunirse «de inmediato» para alcanzar un acuerdo que permita prorrogar el START. La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, dijo mediante un comunicado que «EE.UU. está dispuesto a concluir un acuerdo verificable». El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O'Brien, respondió no a la propuesta que hizo Putin el viernes precisamente por no contemplar el congelamiento de las ojivas atómicas.

Los dos países, poseedores del 90 % de las armas nucleares existentes en el mundo, iniciaron en junio conversaciones para tratar de prolongar el START pero, tras varias rondas de conversaciones, no se logró avanzar en ello. China, aún fuera Los estadounidenses insistían en incluir a China en el tratado, lo que Pekín descarta y en Moscú se considera una pretensión «poco realista». Los rusos, por su parte, querían que las negociaciones abordasen otros aspectos como el sistema de defensa antimisiles americano, sus ensayos con misiles de largo alcance y el despliegue de armas ofensivas en el espacio.

El START I lo firmaron el 31 de julio de 1991 el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov y su homólogo norteamericano, George H. W. Bush. Duró hasta el 5 de noviembre del 2009. El START II lo rubricó también Bush, pero con el primer presidente ruso, Boris Yeltsin. El acuerdo nunca llegó a aplicarse. El nuevo START III fue obra de Medvédev y Obama, pero le quedan solo tres meses y medio de vigencia. En mayo, EE.UU. anunció su intención de abandonar el Tratado de Cielos Abiertos, acusando a Rusia de incumplirlo. Este mismo fue el argumento empleado el año pasado por Washington para salirse de otro importante acuerdo de limitación de armas, el Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias (INF según sus siglas en inglés), denunciado después también por Rusia aunque ahora pide una moratoria que lo mantenga vigente transitoriamente. Ya en 2002, Washington dejó unilateralmente del Tratado Antimisiles Balísticos (ABM). De manera que el único freno todavía existente para evitar una hecatombe nuclear es el START. Los expertos temen que, si no se prolonga, se desate una nueva carrera de rearme nuclear.

Rusia está preparada para congelar las ojivas nucleares junto a EE.UU. durante un año si se extiende por igual período de tiempo el tratado Nuevo START, el último pacto de control de armas vigente entre ambas potencias y que expirará el 5 de febrero del 2021. La respuesta de Washington no se hizo esperar y la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, anunció que «EE.UU. está preparado para reunirse de inmediato [con la parte rusa] para finalizar un acuerdo verificable» destinado a ampliar el tratado.

La congelación del arsenal atómico era una de las condiciones de la Administración Trump. De hecho, el pasado viernes, el presidente Vladimir Putin propuso prolongar un año sin condiciones el START pero sin mencionar la posibilidad de una congelación mutua de las ojivas como exigía EE.UU. El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O'Brien, rechazó inmediatamente la propuesta rusa, por lo que el Kremlin se vio ayer obligado a rectificar su postura.

El tratado de reducción de armas estratégicas (START) fue firmado en 1991 por los entonces presidentes George H. W. Bush y Mijaíl Gorbachov. En abril del 2010, el acuerdo fue reemplazado por el Nuevo START, firmado por Barack Obama y Dimitri Medvédev, que limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire. En principio, su vigencia podría ser prorrogada hasta el 2026, pero se descarta debido a la insistencia de Washington para que Pekín participe en las negociaciones.