Fondos a cambio de ocupación

Carlos Pérez Cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Policías israelíes patrullan por una calle de Hebrón durante el mes del Ramadán
Policías israelíes patrullan por una calle de Hebrón durante el mes del Ramadán ABED AL HASHLAMOUN | EFE

La Casa Blanca opta por seducir con inversiones a los palestinos para que acepten su plan de paz

24 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Donald Trump todo tiene un precio. Ya intentó seducir a Kim Jong-un con un vídeo promocional de una imaginaria Corea del Norte inundada por inversiones dedicadas al desarrollo inmobiliario de sus costas y ese es el camino que parece proponer para la resolución de las divergencias históricas entre israelíes y palestinos. Dinero e inversión para que los ocupados den su brazo a torcer. Eso se desprende de la convocatoria por parte de la Casa Blanca de un «taller económico» que tendrá lugar en el reino de Baréin los próximos días 25 y 26 de junio bajo el título de Peace to prosperity (De la paz a la prosperidad).

La cita forma parte del proyecto de solución del conflicto encomendado por Trump a su yerno, Jared Kushner, que el presidente definió en su día como el «acuerdo del siglo». Aunque aún se desconocen los términos concretos del plan, cuyo anuncio lleva retrasándose más de un año, la convocatoria de Baréin confirma que Kushner apuesta por la seducción económica y elude, por el momento, las cuestiones centrales del drama: la creación de un Estado palestino, la suerte de millones de refugiados, el estatus de Jerusalén Este, la definición de las fronteras de Israel, etcétera.

De la nota de la Casa Blanca se entiende que el camino hacia un acuerdo de paz lo pavimentarán las iniciativas de inversión económica y de infraestructuras que solicitan a las grandes fortunas del mundo árabe para promover el «rápido crecimiento del sector privado» y «transformar la vida» de los palestinos.

Nada dice del fin del bloqueo que ahoga la Franja de Gaza ni del desmantelamiento de las colonias judías de Cisjordania, donde los checkpoints militares israelíes impiden el desarrollo de cualquier actividad económica estable. Sin embargo, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, afirma que el taller «ofrecerá a los palestinos apasionantes nuevas oportunidades para desarrollar todo su potencial».

El carro por delante de los bueyes. En un comunicado, Jared Kushner dice que «el progreso económico solo se puede conseguir con una visión económica sólida y si el núcleo de las cuestiones políticas se resuelve». Sin embargo, en una declaración a CNN, Kushner minusvalora ese núcleo al decir que «la gente está dejando que el conflicto de sus abuelos destruya el futuro de sus hijos».

El primer ministro palestino, Mohamad Shtayyeh, rechazó acudir a Baréin y remarcó que «cualquier solución al conflicto en Palestina debe ser político y estar fundamentado en el final de la ocupación». Shtayyeh añadió que «no sucumbiremos al chantaje y a la extorsión y no intercambiaremos nuestros derechos nacionales por dinero». Escamados por las numerosas concesiones de Trump a Israel, y por los lazos de Kushner tanto con este país como con las colonias judías en Cisjordania, ilegales de acuerdo a la ley internacional, los palestinos rechazan el papel como intermediario de una Administración estadounidense que ejerce de abogado de parte.