Las sospechas sobre el exembajador Morodo en Venezuela datan del 2004

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El exembajador Raúl Morodo, investigado por la Audiencia Nacional
El exembajador Raúl Morodo, investigado por la Audiencia Nacional CESAR QUIAN

La policía detuvo en Madrid a su hijo por blanqueo de fondos de la petrolera Pdvsa

21 may 2019 . Actualizado a las 12:02 h.

Durante más de una década, en Venezuela se sospechó de la cercanía del embajador de España entre el 2004 y el 2007, Raúl Morodo, con el chavismo, y en especial con Hugo Chávez. Desde ese mismo año y hasta el 2016 -cuando la Asamblea Nacional investigó el caso-, se acusó a Morodo y a su hijo Alejo de mantener relaciones non sanctas con la revolución bolivariana, en forma de pagos de la petrolera estatal venezolana a cambio de «asesorías» no especificadas.

Los supuestos pagos, que se recibieron entre el 2008 y el 2013, fueron el motivo de la detención de Alejo Morodo y otras tres personas ayer, en sus oficinas en Madrid. Y aunque Raúl Morodo no pisará la cárcel en virtud de su edad, también es objeto de investigación, según informó la Audiencia Nacional.

El veterano periodista venezolano Néstor Bocaranda escribió en el 2004 que, al llegar a la embajada, Morodo le dijo a los empleados que «se acababan los flirteos con la oposición venezolana»; tuvo, además, un despacho fuera del radar del Ministerio de Exteriores para mantener reuniones con funcionarios del chavismo, y un teléfono «interministerial» (de uso exclusivo de los altos funcionarios de la Administración venezolana) en esa oficina. Después, durante esta década, denunció, incluso con recibos, los pagos efectuados por Pdvsa a Alejo Morodo.

De esa cercanía da fe la carta laudatoria que Morodo dedicó en el 2005 a Chávez y que llevó a que más de 400 personalidades venezolanas exigieran a Zapatero que fuera retirado del cargo diplomático. Moratinos desestimó hace 14 años la petición y calificó de «excelente» la gestión de Morodo en un país que nadaba en petrodólares y en el que Chávez firmaba con Zapatero un contrato para la repotenciación de fragatas venezolanas que finalmente quedó en nada.

En Venezuela se hacía énfasis ayer en la relación de Zapatero con Nicolás Maduro, de quien es «mediador»; y también en España, donde el exsenador vasco del PNV Iñaki Anasagasti, quien nació en Caracas y visitaba regularmente el país hasta el 2013, señaló: «Denunciamos a Morodo cuando era embajador y ni Zapatero ni Moratinos ni el PSOE nos hicieron caso. Son responsables de estos robos».

De momento, ni Zapatero ni Moratinos han comentado la detención del hijo de Morodo, que presuntamente recibió a lo largo de cinco años pagos por unos 3,8 millones de euros a través de una cuenta en Suiza. Tampoco lo ha hecho el entonces presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, hoy duro crítico de la gestión de Maduro.

El galimatías de Saab

Por otra parte, el fiscal general designado por la Asamblea Constituyente venezolana, Tarek Saab, afirmó que Guaidó no está preso porque «los tiempos de la política no son los tiempos judiciales», con lo cual justificó por qué las 17 causas abiertas hace dos semanas contra diputados opositores no han tocado al presidente del Parlamento.

Cuando un periodista de la cadena CNN le preguntó por qué estaba preso el primer vicepresidente, Edgar Zambrano, y no Guaidó, y tras una larga pausa, Saab indicó: «Los tiempos de la política, los tiempos históricos, los determina la investigación en curso […] está al margen de la Ley». Cuando el presentador le repreguntó: «¿Y por qué no lo detuvieron», señaló: «Yo no polemizo […] El hecho de que no esté detenido no significa que no esté judicializado [sic]».