Una carta avala el móvil terrorista en Utrecht

Salvador Arroyo UTRECHT / COLPISA

INTERNACIONAL

Gökmen Tanis, el hombre de 37 años nacido en Turquía y detenido en Holanda como el principal sospechoso del múltiple asesinato
Gökmen Tanis, el hombre de 37 años nacido en Turquía y detenido en Holanda como el principal sospechoso del múltiple asesinato AFP

Las pruebas alejan a la policía de un vínculo familiar del atacante con las tres víctimas mortales del tiroteo

20 mar 2019 . Actualizado a las 13:54 h.

El tiroteo que se produjo el lunes en un tranvía de Utrecht, con tres víctimas mortales y varios heridos, continúa envuelto en la confusión, aunque las pistas conducen a contemplar un móvil terrorista. Las autoridades holandesas no han despejado las principales incógnitas de este dramático suceso que desató la psicosis terrorista en el país. ¿Cuál fue la motivación del principal sospechoso, Gökmen Tanis? ¿Se trató de un acto de terrorismo o existieron otras razones? ¿Actuó solo o tuvo cómplices? La investigación continúa abierta y los detalles se aportan con cuentagotas. La Policía confirmó ayer que tres personas permanecían detenidas por su presunta participación en un ataque que acabó con la vida de una mujer de 19 años, de la vecina ciudad de Vianen, y de dos hombres, de 28 y 49 años, ambos de Utrecht. También resultaron heridas graves dos mujeres de 20 y 21 años y un hombre de 74. Gökmen Tanis, de 37 años y natural de la región turca de Yozgat, concentra el grueso de las sospechas para los investigadores. Fue detenido, según las primeras informaciones, tras darse a la fuga en un vehículo robado en las inmediaciones de la plaza 24 de Octubre, donde se produjo el ataque. Antes y después de su captura fueron trasladados a dependencias policiales los otros dos jóvenes bajo sospecha, también de Utrecht, de 23 y 27 años, como supuestos colaboradores. La prueba clave en la implicación de Tanis es el arma de fuego. «Se encontró durante el arresto del principal sospechoso», subrayó la Policía, que incidía en torno a las doce de la mañana en que no existían evidencias de «relaciones directas entre el ciudadano de origen turco y las víctimas». Una circunstancia que llevó a la Fiscalía a mantener como «consideración seria» que Tanis hubiera actuado con «una motivación terrorista».

El arma es clave, pero también una carta hallada en el vehículo utilizado en la huida. Un elemento probatorio, cuyo contenido no fue desvelado, que alentaba la tesis del atentado frente a otras motivaciones de cariz personal que, en cualquier caso, tampoco fueron descartadas en las versiones oficiales. «No se excluyen otros motivos, que también están siendo investigados», matizaban fuentes policiales.

Domina la confusión en el relato de los hechos que facilitaron algunas fuentes oficiales el mismo día del atentado -se alertó de varios incidentes simultáneos, que la Policía debió desmentir-, pero también ayer. La última controversia la protagonizó el alcalde de la ciudad holandesa, que aseguró a primera hora de la mañana en la emisora NOS Radio 1 News que los supuestos colaboradores habían sido liberados. Minutos más tarde, la Policía de Utrecht le desmentía a través de Twitter al mantener que las sospechas continuaban recayendo sobre los tres detenidos, con Tanis como principal referencia en la autoría.

Perfil de «psicópata» Se trata de un hombre con un amplio historial delictivo, con una sucesión de entradas y salidas de prisión en los últimos dos años, al que se ha vinculado con el tráfico de drogas, con antecendentes por el uso de armas bajo los efectos del alcohol en 2014 y que recientemente había comparecido ante el juez por su presunta implicación en un delito sexual por el que permaneció arrestado en 2017 durante un mes antes de obtener la condicional.

En declaraciones a la prensa, personas relacionadas con Tanis se referían a que sufría «épocas inestables» y sugerían «un perfil más de psicópata que de terrorista. Iba dando lecciones a las mujeres en la calle sobre su forma de vestir», declaró a la agencia Efe una fuente cercana al detenido. En cuanto a su vinculación con una ideología religiosa extremista, en su círculo lo descartaban y apuntaban a épocas de más fervor y otras de alejamiento.

Utrecht abrió ayer todos los centros vecinales hasta las cuatro de la tarde para «hablar sobre el ataque», incluidos los del distrito de Kanaleneiland, donde éste tuvo lugar. La ciudad, como el resto del país, amaneció con banderas a media asta y en las inmediaciones de la plaza 24 de Octubre se improvisó un espacio en el que se fueron depositando ramos de flores a lo largo de toda la jornada. La sesión del Parlamento arrancó con un acto de homenaje a las víctimas, antes de un encendido debate en el que desde la oposición se reprochó al Gobierno de Mark Rutte la falta de claridad y las contradicciones en la información sobre el trágico suceso.