Londres, de los nervios ante la opción de un «brexit» duro

Cristina Porteiro
CRISTINA PORTEIRO BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El ministro británico para el «brexit», Stephen Barclay
El ministro británico para el «brexit», Stephen Barclay NIKLAS HALLEN | AFP

Barclay presiona a Barnier para que los Veintisiete acepten cambios de calado en el texto

19 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estamos encantados de clarificar la situación sin reabrir el acuerdo de salida». Ese fue el recibimiento que le dispensó el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, al ministro británico para el brexit, Stephen Barclay, quien mantuvo ayer un acuerdo «fructífero» con el negociador europeo, Michel Barnier. En la cita se habló de todo y de nada. De todo porque hay muchas vías de agua abiertas en el brexit y de nada porque quien tiene que solucionar el entuerto político en la Cámara de los Comunes es la primera ministra británica, Theresa May.

Bruselas insiste: no tiene soluciones mágicas. Si nadie en el Reino Unido es capaz de ponerse de acuerdo para respaldar un acuerdo de salida, enmendado o no, no será la UE la que apague el incendio que ellos provocaron. «Queda poco tiempo», deslizó el galo, añadiendo más presión a la delegación británica que sigue dando vueltas en busca una fórmula para hacer cuadrar el círculo en Westminster, donde May tiene difícil lograr la luz verde a cualquier acuerdo de salida.

El Gobierno es consciente de lo mucho que está arriesgando. Los plazos se están sobrepasando y aumenta el riesgo de un accidente fatal el próximo 29 de marzo, cuando el Reino Unido deberá abandonar la UE. Londres empieza a perder los nervios ante la falta de respuesta de Bruselas, que se sigue negando a regatear. Lo pactado, pactado está. No gusta esta actitud a los británicos. El secretario de Comercio Internacional, Liam Fox, acusó a los líderes europeos de estar poniendo en riesgo la estabilidad económica de sus países al empujar al Reino Unido hacia el precipicio. Pero Bruselas se niega a entrar en el juego: «Fue su elección».

El ministro británico de Exteriores, Jeremy Hunt, también dejó un mensaje a los Veintisiete: «Es un momento crítico en las discusiones del brexit». «Hay un modo de salir de esta con altura de miras por las dos partes, podemos encontrar una forma que tenga el apoyo del Parlamento británico», deslizó antes de reunirse con sus homólogos europeos. Eso sí, lejos de sugerir recetas a Westminster, prefirió pedir a la UE que «confíe» porque «lo que está en juego es la relación del Reino Unido con sus vecinos europeos en los próximos 25 años», una amenaza a la que la UE ha respondido con desdén. En los próximos días será el turno de May. La premier se reunirá en breve con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, en la que puede ser su última oportunidad para alumbrar una salida a la crisis del brexit y pedir tiempo muerto.