Oporto reivindica el origen del fado

Begoña Íñiguez LISBOA

INTERNACIONAL

Begoña íñiguez

Un estudio niega a Lisboa la paternidad exclusiva del género musical

30 may 2019 . Actualizado a las 17:53 h.

Durante décadas hemos leído que el fado, patrimonio de la humanidad desde el 2011, nació en el siglo XIX en los barrios portuarios de Lisboa. Sin embargo, una reciente investigación realizada por la conocida librería Lello, de Oporto, con motivo de su 113.º aniversario, desvela que el fado también nació en esta ciudad, donde, además, tuvieron lugar las primeras grabaciones en el año 1900 y se fabricaron las primeras guitarras portuguesas.

«Estábamos cansados de oír y ver en todas partes que el fado es de Lisboa, y por eso decidimos llevar a cabo esta investigación y realizar una exposición, aquí en la librería, que reivindicase y mostrase al público que Oporto tiene mucho que ver en su origen», afirma a La Voz Aurora Pedro Pinto, administradora de Lello. «Es por ello que, además de realizar una mesa redonda, con especialistas y estudiosos de nuestra música, en nuestro 113.º cumpleaños hemos decidido ofrecer una exposición rigurosa a nuestros clientes que muestre que la primera grabación de fado tuvo lugar en Oporto en el año 1900, y a ella siguieron otras a comienzos del siglo XX».

La máxima responsable de la emblemática librería considera «una injusticia el olvido al que ha sido sometida nuestra ciudad, en lo referente al nacimiento, evolución e importancia de la música que nos engrandece y enorgullece a todos los portugueses, de norte a sur del país», dice. «En Oporto se fabricaron las primeras guitarras portuguesas, y aquí también se han compuesto algunos de los fados más conocidos y universales; pero, por desgracia, no existe tanta tradición de las casas de fado como en se constata en Lisboa -añade-, y somos conscientes del papel relevante en el norte de Portugal. Por ello reivindicamos, desde aquí, el origen de esta música y la importancia histórica de nuestra ciudad en su evolución, contribuyendo con ello a que vuelva a ser escuchado en la ciudad. Estos motivos nos han llevado a componer el fado de la librería Lello», explica con una sonrisa.

Para la fadista Katia Guerreiro, «el fado es patrimonio de todos los portugueses, de Lisboa, de Oporto, de Coímbra o, como yo, de las islas Azores». «Me da pena -declara-, cuando visito y actúo en esta maravillosa ciudad, comprobar las pocas casas de fado que hay, por ejemplo en la zona de la Ribeira y aquí en la Baixa, donde sería un excelente reclamo turístico».

El músico y escritor coruñés Manuel Rajal, quien prepara un libro sobre el fado, confiesa su admiración «por la grandeza y universalidad de esta música que tantos excelentes artistas cantan de norte a sur de Portugal, y cuyas raíces y personalidad la hermanan con el flamenco, por su esencia y por lo que representa para dar a conocer este país».

Año tras año crece el número de visitantes extranjeros que acuden a Lello, y hoy representan el 50 % sobre el total, gracias al reclamo turístico que ha supuesto Harry Potter y haberse hecho público que su autora, J. K. Rowling, es clienta, y que incluso se inspiró en las maravillosas escaleras del inmueble para su obra. Los españoles, y en concreto los gallegos, ocupan la primera posición entre los clientes extranjeros. «Para nosotros los españoles, y especialmente los gallegos, son prioritarios, por eso tenemos a la venta tantas obras en su idioma, incluso de ediciones en miniatura especiales», adelanta Aurora Pedro Pinto.

Por su parte, José Manuel Lello, miembro de la familia fundadora, puntualiza que «desde que cobramos cinco euros de entrada no hemos parado de aumentar las ventas». «Vendemos más de 1.200 libros al día. Somos un local vivo y rentable, ya que en esos cinco euros de entrada están incluidos importantes descuentos en la compra de libros», algo que valoran los lectores, concluye.