Indonesia teme que el Krakatoa provoque otra catástrofe aún más devastadora

Zigor Aldama SHANGHÁI / COLPISA

INTERNACIONAL

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Elevan el nivel de alerta y amplían el perímetro de exclusión por las nuevas erupciones en la isla volcánica

28 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El peligro continúa acechando las costas del este de Java y del sur de Sumatra. El volcán Krakatoa, que el sábado provocó el tsunami que dejó casi 450 muertos en esas islas indonesias, según el último balance, ha aumentado su actividad y las autoridades temen que la virulencia de sus erupciones pueda aumentar exponencialmente y provocar otra catástrofe, incluso mayor que la anterior. Por eso, ayer decretaron el nivel de alerta 3 -de un máximo de cuatro- e impusieron una zona de exclusión en cinco kilómetros a la redonda.

«Todavía hay riesgo de nuevas erupciones. Los habitantes que están más cerca del volcán podrían ser víctimas de la caída de rocas, lava o ceniza gruesa», justificó el portavoz de la Agencia de Prevención de Desastres de Indonesia, Sutopo Purwo Nugroho. Otros expertos añadieron que toda esta actividad puede traducirse en nuevos corrimientos de tierra submarinos como el que provocó la ola gigante de la semana pasada. Y como no existe ningún sistema capaz de detectarlos antes de que se conviertan en avalanchas mortales, los dirigentes piden a la población que se mantenga siempre a un mínimo de 500 metros de la costa.

«No sabemos cuál es la situación actual porque no hemos podido llegar hasta el volcán. Pero las imágenes por satélite muestran que parte del cráter se ha derrumbado», informó Rudy Sunendar, responsable del departamento de Geología del Ministerio de Energía. No en vano, las fotografías recogen una disminución notable del tamaño y de la altura del volcán, que comenzó a formarse a partir de 1929 con las columnas de lava que continuaron fluyendo tras la explosión de su antecesor, en 1883.

Cortes del tráfico aéreo

El tráfico aéreo también se ve afectado por la alerta, ya que todos los vuelos que sobrevolaban las inmediaciones del Krakatoa tienen que ser desviados para evitar que la ceniza provoque problemas en los motores de los aviones. De momento, no se teme que la gran columna de humo del volcán afecte a los aeropuertos, tampoco al de la capital, Yakarta, situado a 135 kilómetros al este. Pero la situación podría empeorar todavía más si las erupciones ganan intensidad e Indonesia tiene que declarar la alerta de nivel 4, como ocurrió en junio con el volcán Agung, en Bali. En aquella ocasión, cientos de vuelos fueron cancelados y miles de turistas vieron truncados sus planes.

Claro que mucho peor es la situación de los 4.000 desplazados por la catástrofe del sábado. Aunque la ayuda ya ha llegado a casi todas las localidades afectadas, las condiciones en los refugios habilitados para ellos son deficientes. Y el miedo a que el tsunami se repita impide que puedan regresar a sus hogares para tratar de rescatar cualquier objeto de valor o iniciar las labores de reconstrucción. Por si fuese poco, una mezquita anunció por error que otra ola gigante estaba a punto de llegar y el pánico volvió a cundir entre una población que, en algunos casos, todavía espera noticias de sus seres queridos.