Agosto asfixió la Primavera de Praga

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Libor Hajsky | DPA

Los tanques rusos pusieron fin al sueño democrático de la antigua Checoslovaquia

21 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El sueño de un «socialismo de rostro humano» que pasó a la historia como la Primavera de Praga fue sepultado por las tropas del Pacto de Varsovia hace exactamente medio siglo. Bajo el nombre de operación Danubio, la avalancha militar de 200.000 soldados, 2.300 tanques y 700 aviones de los ejércitos de la Unión Soviética (URSS), la República Democrática Alemana, Hungría, Polonia y Bulgaria, cruzó la frontera poco antes de la medianoche del 20 de agosto de 1968. El contingente fue aumentando en los días siguientes hasta totalizar 750.000 soldados y 6.000 tanques.

Cincuenta años más tarde, los historiadores no tienen aún una cifra exacta de las víctimas de la brutal represión que puso fin a siete meses de apertura y reformas para dar paso a dos décadas de duras políticas soviéticas calificadas de «normalización».

La Primavera de Praga se inició el 5 de enero de 1968, cuando Alexánder Dubcek, líder del movimiento reformista, fue nombrado secretario general del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC), si bien ciertas tendencias aperturistas habían comenzado unos años antes.

Después de la muerte de Stalin en 1953 se llevaron a cabo algunas cautelosas reformas económicas y se relajó tímidamente la estricta censura.

Es en estas circunstancias que Dubcek sube al poder y, aunque mantiene el monopolio de su partido, introduce medidas para reformar y democratizar el régimen, incluida la libertad de prensa y de expresión. También legaliza partidos políticos y sindicatos, así como el derecho a la huelga y a viajar libremente a países occidentales, algo prohibido hasta entonces.

Al ver amenazado su poder por un posible contagio de la Primavera de Praga a toda la órbita soviética, estos deciden recurrir a la fuerza militar para poner punto final al experimento. En la madrugada del 21 de agosto, los checoslovacos se despertaron con los tanques del Ejército Rojo y sus aliados en las calles. Dubcek y sus colaboradores fueron detenidos y trasladados a Moscú, donde el líder soviético, Leónidas Breznev, les obligó a firmar un acuerdo que «legalizaba» la ocupación de Checoslovaquia. Centenares de personas se exiliaron. Los checoslovacos tuvieron que esperar más de dos décadas, hasta 1989, para liberarse de la dictadura comunista con la Revolución de Terciopelo, liderada por el dramaturgo y futuro presidente Vaclav Havel. El 19 de junio de 1991 vieron partir de su territorio al último tren con soldados rusos.