La británica pide a Bruselas que «evolucione»

Rita A. Tudela LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

21 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Inasequible al desaliento y con su posición en Downing Street desdibujada, la primera ministra británica, Theresa May, pidió ayer a la Unión Europea desde Belfast que «evolucione» su propuesta sobre el brexit y que no mantenga posiciones inviables sobre la frontera de Irlanda del Norte. May, que no desaprovechó la ocasión para atacar a quienes dentro de su partido rechazan el último libro blanco que elaboró, acusándolos de «estar listos para traicionar» a la ciudadanía de Irlanda del Norte, volvió a rechazar el contenido del acuerdo alcanzado en Bruselas el pasado diciembre, cuando la UE propuso mantener a Irlanda del Norte alineada con algunas normas de la unión aduanera y el mercado único para evitar el restablecimiento de una barrera estricta tras el brexit.

Esa salvaguarda, recordó la premier, situaría la futura frontera en el Mar de Irlanda y dejaría a la región fuera del mercado interno británico, al tiempo que pondría en peligro la integridad territorial de todo el Reino Unido al crear una línea divisoria interior. May remitió a la UE al llamado libro blanco, que, en su opinión, representa «un cambio significativo en nuestra posición» y es un «conjunto de medidas coherente» para lograr un acuerdo de salida satisfactorio para todas las partes. A su juicio, le toca ahora a Europa ser flexible y no parapetarse tras posturas impracticables.

Durante su visita a Belfast, la primera ministra también se reunió con varios de los partidos de Irlanda del Norte, entre ellos, con la presidenta del Sinn Féin, Mary Lou McDonald, para quien la visita de May fue todo «menos tranquilizadora». En su opinión, la primera ministra solo ha viajado a la provincia para «buscar una pelea con Irlanda y con la Unión Europea». Sin embargo, la líder del DUP, Arlene Foster, defendió a la primera ministra alegando que lo que ha hecho es «establecer su agenda». Según dijo, le dio garantías para que Irlanda del Norte no tenga «un estatus especial» como consecuencia del brexit, diferente al del resto del Reino Unido.

El Gobierno de Dublín confirmó que está abierto a la posibilidad de una nueva propuesta para un acuerdo sobre el tema fronterizo, pero solo considerará un nuevo plan si es mejor que el que está sobre la mesa.