Maduro detiene a otros 40 militares para sofocar el malestar del Ejército

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Cristian Hernandez | efe

Las oenegés denuncian una «cacería contra los disidentes de las fuerzas armadas»

24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos 40 oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela fueron detenidos entre el 17 y el 23 de mayo, acusados de diversos delitos que van desde motín y deshonor militar hasta traición a la patria, en relación con un supuesto golpe de Estado contra Nicolás Maduro, reelegido en unas elecciones cuestionadas por la comunidad internacional y boicoteadas por más de la mitad de la ciudadanía.

Mariana Ortega, abogada de la oenegé Foro Penal Venezolano, que hace defensa gratuita de los presos políticos, señaló que han recibido «denuncias de detenciones arbitrarias de militares», agregando que un equipo de defensores se ha trasladado a los tribunales castrenses de Caracas para intentar prestar ayuda legal.

Otra abogada de la misma oenegé, María Torres, señaló que conoce de 11 casos en concreto: nueve tenientes de fragata y dos capitanes. Esto, en el marco de más detenciones políticas, 36 en la última semana. Los restantes son civiles apresados en diferentes protestas contra la «reelección» de Maduro.

Antes de esta ola de arrestos, en lo que había transcurrido del 2018 habían sido detenidos 34 militares por presuntas conspiraciones contra Maduro, entre ellos el comandante del batallón Ayala, el más importante del país, e Igber Marín Chaparro, que lleva desde marzo incomunicado en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.

Los rumores sobre intranquilidad militar se han acrecentado por un confuso y prolongado tiroteo con armas largas la pasada madrugada entre funcionarios de la Dgcim (que actúa como brazo militar de la represión de Maduro) y de la Guardia Nacional (GN), en Petare, al este de la capital.

La versión oficial de los hechos es que la Dgcim intentaba detener a un capitán de la GN que había asesinado a otro, pero se habla de un enfrentamiento provocado por la insubordinación de un grupo de oficiales de este cuerpo, o el intento de robo de un arsenal ubicado en el sitio. En el incidente murió una persona, extraoficialmente, un funcionario de la Guardia Nacional.

La analista militar Rocío San Miguel afirmó que «Maduro se siente inestable, y su principal amenaza no proviene de la oposición o del imperio (EE.UU.), sino del seno de la FANB; si algo está claro es que nunca en los 20 años de revolución tantos oficiales de comando han estado detenidos por rebelión o delitos contra la patria».

«Sin duda, la cacería de brujas en la FANB va a arreciar y esto generará entropía en el sistema militar, gravemente afectado por la crisis política, económica y social que vive Venezuela», indicó San Miguel, presidenta de la oenegé Control Ciudadano para la Fuerza Armada.

Vínculos con EE.UU.

Ni el Ministerio de la Defensa ni su titular, Vladimir Padrino, habitualmente locuaz, han hablado sobre las detenciones, aunque Maduro basó parte de su decisión de expulsar del país al encargado de negocios de la Embajada de EE.UU., Todd Robinson, en que supuestamente estaba organizando una sublevación en Caracas, algo que el diplomático y el Departamento de Estado negaron enfáticamente.

Sin embargo, parte del establishment estadounidense, como el encargado para Latinoamérica en la Casa Blanca, Juan Cruz, o el senador republicano Marco Rubio, han alentado a los militares venezolanos a «desobedecer» a Maduro, dando a entender que EE.UU. no necesariamente condenaría un alzamiento castrense en el país sudamericano.