Los países del sudeste asiático celebran el pacto y avanzan hacia el libre comercio

La Voz

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29 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) reunidos en Singapur evitaron pronunciarse sobre los derechos humanos, un problema en varios de los socios de esta entidad que acaba de celebrar sus primeros 50 años de vida. En su cita anual, que arrancó ayer, hicieron una firme apuesta por la economía, orientada hacia las ciudades inteligentes, y a la lucha contra el cibercrimen y la amenaza yihadista, pero no hicieron alusión a ninguno de los problemas de convivencia -los rohinyá, China, Filipinas,..- de su área de influencia. «Tenemos que construir una comunidad Asean coherente y efectiva», destacó Lee Hsien Loong, primer ministro de Singapur, que apuntó que el reto es apostar por la centralización para mantener al bloque relevante, con la vista puesta en el futuro.

El bloque tiene bastante avanzada la creación de una zona de libre comercio entre sus miembros y aspira a elevar el PIB conjunto hasta los 4,7 billones de dólares en el 2020 y convertirse en la cuarta potencia económica del mundo en 15 años. Los gobernantes reunidos adoptaron la propuesta de Singapur de estrechar la cooperación en la lucha contra el cibercrimen y celebraron la conclusión de las negociaciones de un acuerdo en comercio electrónico con vistas a poder firmarlo este año. El grupo también aprobó el texto de un tratado de extradición.

Avances con China

En el panorama internacional, la Asean reiteró su compromiso con mantener y promover la paz, la seguridad y la estabilidad en la región. Celebró la reunión histórica de las dos Coreas y la «mejoría de la cooperación con China», sobre todo para resolver definitivamente las disputas territoriales en el mar de China Meridional.

Sobre los rohinyás, una minoría perseguida en Birmania (Myanmar), solo hubo palabras de apoyo al Gobierno birmano «en sus esfuerzos por llevar paz, estabilidad, el imperio de la ley, promover armonía y reconciliación entre las distintas comunidades, así como garantizar el desarrollo sostenible y equitativo en el estado de Rakáin». Cerca de 700.000 rohinyás han huido desde finales de agosto a Bangladés por unas operaciones militares en Rakáin que la ONU ha llegado a calificar de «limpieza étnica de manual». Sobre los derechos humanos, la reunión no ha emitido ninguna nota especial pese a los llamamientos de oenegés.