Dublín se impone y los eurófobos hablan de capitulación

rita A. Tudela LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PAUL FAITH | afp

Los unionistas de Irlanda del Norte advierten a May, insatisfechos, que todavía queda trabajo por hacer

09 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la cara, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, quien aseguró haber logrado todos los objetivos que se había planteado Dublín en esta primera fase y ya ha empezado a subir en los sondeos. En la cruz, los unionistas norirlandeses del DUP. Obligados a aceptar a regañadientes un pacto que los deja en la estacada, no pudieron compartir el triunfalismo que intentó transmitir Downing Street tras el acuerdo y ya advirtieron de que queda mucho para lograr una solución que les satisfaga sobre la frontera con Irlanda.

«Es necesario más trabajo sobre las áreas de cooperación donde sería necesario tener un alineamiento de las reglas y estándares», puntualizó la formación liderada por Arlene Foster, que mantuvo en vilo, con su postura inflexible, las negociaciones durante casi una semana por este motivo. Pese a los cambios sustanciales introducidos por Londres y Bruselas sobre el texto que rechazaron el lunes, uno de los cuales especifica que no existe una línea en el mar de Irlanda, el DUP volvió a condicionar su apoyo al acuerdo al contenido final que les ofrezca May.

Peor reacción, más destemplada, tuvo el ex líder del partido euroescéptico UKIP, Nigel Farage, para quien las concesiones para llegar al acuerdo fueron «demasiadas» y son «una buena noticia para May porque ahora puede pasar a la siguiente etapa de la humillación». De esa opinión fueron también dentro de la organización euroescéptica LeaveEU. A su juicio, «los políticos cobardes vendieron al país al mejor postor». El acuerdo es, para ellos, una completa capitulación.

Pese al desenlace de la negociación o precisamente a causa de él, lejos por ejemplo de los 20.000 millones que pretendía pagar Londres, la prensa británica especula con que una buena parte de su partido quiere echar a May antes de Navidad para reemplazarla por el ministro encargado del brexit, David Davis, quien ayer vio el acuerdo como un «gran paso». Lo único que podría frenar esta conspiración es el inesperado apoyo a May de los ministros acérrimos defensores del brexit. Ese fue el caso del líder de la cartera de Medio Ambiente, Michael Gove, quien definió el acuerdo como «un éxito político, personal, significativo» de su jefa. Lo mismo ocurría con el siempre polémico titular de Exteriores, Boris Johnson, quien alabó la «determinación» de May.

Se ve que las consecuencias económicas de una marcha abrupta y el peligro de abrir la puerta a una victoria laborista disciplinan a los conservadores. El partido de Corbyn criticó la falta de detalles del documento de ayer y apuntó que los británicos necesitan «saber cuál es el precio político del compromiso» firmado por May.

Repunte de la libra

La libra recibió con los brazos abiertos el principio de acuerdo y tuvo una subida del 0,45 % frente al euro, cotizando a 1,149 euros y a 1,350 dólares respectivamente, con lo que llegó a su máximo nivel desde principios de junio.

«Las empresas han estado observando de cerca las negociaciones y este anuncio animará el humor en los días previos a la Navidad», reconoció el subdirector general de la Confederación de la Industria Británica (CBI, por sus siglas en inglés), Josh Hardie.

Hardie explicó que muchas empresas, cansadas de la incertidumbre generada por el estancamiento de las negociaciones, llevaban esperando el pacto desde hacía meses, sobre todo las más preocupadas por el futuro de sus empleados europeos. El directivo pidió que el acuerdo final deje claro que los comunitarios «son bienvenidos» y también pidió que se concreten garantías de la fase de transición que aumente la confianza, ayude a las empresas y frene sus planes de contingencia. Por su parte, el presidente de las pymes, Mike Cherry, señaló que también millones de pequeñas empresas de la isla están satisfechas al oír que las negociaciones llegan a buen puerto.