Existe el peligro de que Mnangagwa caiga en la tentación de, simplemente, prolongar la autocracia de Mugabe, pero es improbable. Cabe esperar una convocatoria electoral en la que la oposición del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC por sus siglas en inglés) tendría muchas posibilidades. Se sospecha, de hecho, que en el pasado habría ganado ya los comicios de no ser por los pucherazos que practicaban los hombres de Mugabe. Mnangagwa podría ofrecer al MDC unirse al Gobierno, formando así una alianza entre la vieja guardia y sus oponentes que deje al margen a la joven generación del ZANU-PF. Esto supondría que el ZANU-PF estaría asegurando su supervivencia, pero a costa de reconocer que no tiene ya un futuro; lo cual es, posiblemente, un requisito para que lo tenga el propio Zimbabue.