El apuñalamiento de un senador tensa la campaña en Chile

héctor estepa SANTIAGO DE CHILE / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

ALEX DÍAZ | EFE

El antiguo socialista y ahora independiente Fulvio Rossi defiende poner coto a la oleada migratoria que sufre el país

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La campaña electoral chilena se acerca a su fin inesperadamente teñida de sangre. El senador independiente Fulvio Rossi, que militó hasta el pasado año en el Partido Socialista de la presidenta Michelle Bachelet, fue apuñalado el martes en Iquique, al norte del país. Según los datos filtrados por la fiscalía, la agresión se produjo cuando Rossi acudió a un recinto donde guarda la propaganda de su campaña tras haber recibido mensajes advirtiéndole de que dicho material iba a ser dañado. Al llegar al lugar, habría sido abordado por un hombre de raza negra y acento extranjero. «Te lo advertimos», habría dicho el atacante en el momento de propinar la puñalada, según el hijo de Rossi.

La agresión, que irrumpe en una campaña que hasta ahora había sido pacífica, ha reabierto el debate de la inmigración en Chile, el país más desarrollado de Sudamérica y cuya buena marcha económica lo enfrenta a un problema que parecía reservada para los países ricos del norte. La periodista Paula Afani, asesora de Rossi, aseguró el martes que el senador ya había recibido varias amenazas de muerte, denunciadas previamente, por su política ofensiva contra la migración. El agredido aboga por incrementar los controles a los sin papeles y apoya la redacción de una ley que expulse de manera inmediata a los extranjeros que delincan.

La inmigración ha explosionado en Chile en los últimos años. El país presenta un índice de desempleo inferior al 7%, y las oportunidades laborales abundan. La mayoría de los migrantes provienen de Haití, el país más pobre de América, ya que al menos 43.898 personas procedentes de allí entraron al país en 2016, según la Policía de Investigaciones.

La cifra fue superada en los siete primeros meses de 2017. Las autoridades registraban la entrada de 44.289 haitianos a finales de julio. Solo 1.294 salieron. La mayoría trabajan en los empleos que son cada vez peor valorados por los chilenos, como la construcción, el servicio doméstico y la agricultura. La situación irregular de un elevado porcentaje provoca, no obstante, un déficit de derechos. Algunos, critican las oenegés, trabajan meses antes de que les paguen. En junio un migrante murió de hipotermia tras serle negada varias veces su entrada a un hospital. La discriminación, advierten los activistas, está en auge.

También los venezolanos llegan a Chile por oleadas. Su número se ha multiplicado por 20 desde 2013. Más de 32.000 venezolanos han solicitado papeles en los primeros siete meses de 2017, superando el número del año anterior. El Gobierno de Bachelet ha introducido un proyecto de ley de migraciones, bajo la premisa de no discriminación, pero que también propone un catálogo de causas de prohibición de entrada, para sustituir la legislación vigente, que data de la dictadura de Pinochet. Chile celebra la primera ronda de sus elecciones presidenciales el domingo. El ex presidente Sebastián Piñera lidera las encuestas con un 44% de apoyos.