Al EI solo le queda el 4 % de su califato

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

GHULAMULLAH HABIBI | EFE

Este jueves ha perdido Al Bukamal, su último refugio urbano en Siria

10 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Estado Islámico lleva meses sufriendo una derrota tras otra. Con la pérdida ayer del último refugio urbano que le quedaba en Siria, Al Bukamal, ya solo retiene el 4 % del territorio en el que estableció su califato hace tres años. Apenas seis días después de perder Deir al Zur, los yihadistas fueron desalojados de Al Bukamal, un pequeña localidad cuyo interés estratégico radica en que se sitúa en un importante paso fronterizo con Irak.

En una operación relámpago la ciudad fue tomada por el Ejército de Bachar al Asad en una carrera por evitar que las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la alianza liderada por los kurdos y respaldada por EE.UU., se les adelantara.

Apoyados desde el aire por cazas rusos, los soldados sirios contaron con la ayuda de las milicias chiíes iraquíes, los Guardianes de la Revolución iraníes y el libanés Hezbolá, según las fuentes sobre el terreno del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El alto mando sirio se apresuró a anunciar que la liberación de Al Bukamal supone «la caída del proyecto de Daesh [acrónimo árabe del EI] en la región».

Las fuerzas de Damasco y las FDS se reparten ahora la provincia petrolera de Deir al Zur: las primeras controlan el 37 % del territorio y los segundos el 32 %. Solo una franja de unos 60 kilómetros de longitud a lo largo del río Éufrates sigue bajo control de los hombres del califa Abu Bakr al Bagdadi. Al otro lado de la frontera, a las fuerzas iraquíes solo les falta recuperar Rawa, Al Qaim y los alrededores desérticos para terminar con los yihadistas. En los últimos días, las fuerzas de uno y otro lado de la frontera se están coordinando para acabar con los radicales.

Hace tiempo que los yihadistas evitan combatir hasta la muerte y optan por negociar su retirada. Al Bukamal no ha sido una excepción y ayer se retiraron a zonas sirias bajo su control a través de corredores que negociaron con sus rivales.

Las victorias militares no bastan para acabar con la amenaza yihadista, como insistieron ayer en advertir desde el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el jefe del Pentágono, James Mattis, reunidos en Bruselas, a Emmanuel Macron. En un discurso en la base militar gala en Abu Dabi, el presidente francés señaló a la lucha contra el EI está cerca de su fin en Irak y Siria, pero continuará durante años en otras partes del mundo.