Trump reta a Tillerson a comparar sus coeficientes de inteligencia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

MANDEL NGAN | AFP

Los republicanos le exigen que ponga fin a su pelea con el senador Corker

11 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Donald Trump está llevando al límite su pulso con miembros de su Gabinete y con los republicanos del Congreso. El último capítulo fue ayer su enfrentamiento con el secretario de Estado, Rex Tillerson. Después de desacreditar las informaciones de prensa que señalaban que le llamó idiota, tras una reunión en julio en el Pentágono, ayer insinuó que él es más inteligente que Tillerson y para demostrarlo le retó a una prueba de coeficiente intelectual. «Creo que es una noticia falsa. Pero si el dijo eso, tendremos que comparar los coeficientes de inteligencia. Y puedo decirte quién va a ganar», dijo Donald Trump en declaraciones a la revista Forbes

Unas horas más tarde, el presidente negó que sus comentarios hayan minado la autoridad del jefe de la diplomacia de EE.UU. y señaló que sigue teniendo su confianza. «No, no he socavado a nadie. No creo en socavar a la gente», dijo Trump a los periodistas al recibir en el despacho oval al exsecretario de Estado Henry Kissinger. Justo después de ese encuentro, tenía previsto almorzar con Tillerson y con el jefe del Pentágono, James Mattis, previsiblemente para hablar del futuro del acuerdo nuclear con Irán, sobre el que se espera un anuncio antes del domingo.

Una olla a presión a punto de estallar. Así define a Donald Trump una persona cercana en declaraciones a The Washington Post. «Sé de buena fuente que, cada día en la Casa Blanca, la meta es contenerlo», admitió el senador republicano Bob Corker el domingo a The New York Times. El propio jefe del Gabinete, Reince Priebus, ha desarrollado una estrategia para frenar las decisiones precipitadas del presidente, según Politico. Decirle «la próxima semana» es a menudo la mejor idea. 

La compleja personalidad de Trumpestá poniendo en jaque tanto a su equipo de la Casa Blanca como a los republicanos. Frustrado con su Gabinete y enfadado por no recibir suficiente crédito por su manejo de los tres huracanes que asolaron EE.UU., el presidente se dedica a atacar a los suyos, poniendo en peligro la agenda legislativa, confesaron funcionarios de la Casa Blanca al Post. 

Los republicanos del Senado le imploraban ayer que pusiera fin a su pelea con Bob Corker, que amenaza con frenar aún más la agenda del partido conservador en el Capitolio.

Corker ha dicho públicamente lo que, según él, muchos de sus colegas piensan en privado: Trump es un ser impulsivo e inestable que pone en peligro a Estados Unidos. Su apreciación de que el comportamiento imprudente del presidente podría lanzar a la nación «hacia la tercera guerra mundial» ha sentado como una bomba en el Congreso.