Trump defiende su derecho a confiar información de inteligencia a Rusia

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Atlas

Los republicanos le reprochan que ponga en peligro la seguridad nacional

17 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente Donald Trump defendió ayer su «absoluto derecho» a compartir información confidencial con el Kremlin, desatando el enésimo huracán político, que esta vez compromete la seguridad nacional de EE.UU. Su afirmación llegó doce horas después de que The Washington Post revelase que el presidente compartió información secreta con el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y su embajador, Serguéi Kislyak, durante su reunión la semana pasada en la Casa Blanca, relacionada con la amenaza de que el Estado Islámico (EI) utilizara ordenadores portátiles para atentar en aviones comerciales. «Quise compartir con Rusia, lo que tengo absoluto derecho a hacer, cosas vinculadas al terrorismo y la seguridad de volar», confirmó en un tuit.

Está en lo cierto cuando defiende que tiene «derecho» a compartir información con Rusia porque el presidente de EE.UU. tiene el poder de desclasificar dicha información, pero la legalidad no es el fondo de esta polémica. Ahora se trata de la seguridad nacional, de las implicaciones políticas y diplomáticas que puede tener. De la crisis de confianza que provoca entre sus aliados y, por supuesto, de la peligrosa posición en la que podría haber puesto Trump a la fuente de dicha información, un aliado extranjero que no habría dado permiso para compartir información confidencial de inteligencia.

Según The New York Times, la información provenía de los servicios secretos de Israel y tenía como condición no pasarla a nadie, ni siquiera a países aliados. Y apunta que sería paradójico que pudiera llegar a través de Rusia a Irán, uno de los enemigos de Israel. Pese a ello, el embajador israelí en Washington dijo que la revelación no compromete los lazos bilaterales.

En un intento de contener los daños, el asesor de Seguridad Nacional, H. R. McMaster, aseguró que Trump no conocía el origen de la información y no hizo nada «inapropiado» ni puso en riesgo la «seguridad nacional». Eso sí, evitó pronunciarse sobre la confidencialidad de la misma: «No vamos a decir aquí qué es información clasificada y qué no es».

Hastío republicano

«Comprometer así a una fuente es algo que no se hace», dijo furioso el senador republicano Bob Corker, tras alertar sobre «la espiral descendente» de una Casa Blanca a la que exigió «estar bajo control y en orden». La suya fue una de las críticas mas duras que se escucharon desde las hastiadas filas republicanas. John McCain definió las revelaciones como «profundamente perturbadoras», un portavoz de Paul Ryan indicó que « la protección de secretos es crucial» y el líder en el Senado, Mitch McConnell, pidió «menos drama» a la Casa Blanca y más avances en temas como la reforma fiscal. En el bando demócrata, su líder en el Senado, Chuck Schumer, exigió la transcripción de la conversación entre Trump y Lavrov, y su más antiguo senador, Patrick Leahy, declaró que «nuestras instituciones se están cayendo a pedazos».

Rusia ridiculizó la polémica y la portavoz de Exteriores, María Zajárova, recomendó no leer periódicos de EE.UU., ya que «no es solo perjudicial, sino también peligroso».

Clinton lidera la resistencia contra el presidente con la plataforma Adelante Juntos

Hillary Clinton ha vuelto a la contienda política. La ex rival de Donald Trump en las elecciones presidenciales está dispuesta ahora a encabezar la resistencia contra el hombre que contra todo pronóstico le arrebató la Casa Blanca. Lo hace a través de Onward Together (Adelante Juntos), una plataforma política que financiará a candidatos dedicados a «avanzar la visión progresista que acaparó cerca de 66 millones de votos», los que recibió la candidata demócrata

Entre los grupos a los que la organización financiará están los más destacados de la resistencia al republicano: Swing Left, cuyo objetivo es devolver la Cámara de Representantes a los demócratas; Emerge America, dedicada a las mujeres; Color of Change, centrada en asuntos de justicia racial; Indivisible, puesta en marcha tras las elecciones para hacer oposición a Trump, y Run for Something, destinada a la población joven.

«Creo firmemente que el compromiso ciudadano a todos los niveles es fundamental para una democracia fuerte y vibrante», aseguró Clinton en Twitter, tras anunciar la puesta en marcha de la nueva plataforma con la que tratará de concienciar a la gente para que se implique políticamente.

Después de meses con escasas apariciones públicas, la ex secretaria de Estado ha optado ahora por volver como una ciudadana activa y erigirse como voz de la resistencia que toma forma a través de este nuevo movimiento y en el que también participará el exgobernador de Vermont y expresidente del Comité Nacional Demócrata, Howard Dean.

Círculos de poder

Tras ser primera dama, senadora y secretaria de Estado, Clinton busca ahora una base de acción que le permita continuar en los círculos de poder estadounidenses. Ya lo hicieron algunos de sus predecesores: Al Gore se transformó en el referente del cambio climático tras perder las elecciones del 2000, John Kerry continuó con su carrera en el Senado y después ocupó la cartera de Exteriores con Obama. John McCain también fue otra de las figuras republicanas que tras perder en el 2008, optó por reforzar su influencia en la cámara alta.

El retiro ha servido a la demócrata también para preparar un libro que verá la luz en septiembre y en el que, a través de sus citas favoritas, relatará experiencias de su vida en las que por supuesto, se incluyen las polémicas elecciones del 2016.

Erdogan reprocha a EE.UU. armar a las milicias kurdas

Recep Tayyip Erdogan trasladó ayer su malestar a Trump por la decisión de Washington de armar a las milicias kurdas. «Tener en consideración en la región al YPG y al PYD nunca será aceptado y estará en contra del acuerdo global que hemos alcanzado», dijo el presidente turco en la comparecencia posterior a su encuentro con el estadounidense, en la Casa Blanca.

EE.UU. apoya a las milicias kurdosirias YPG por ser las fuerzas más efectivas contra el Estado Islámico (EI), pese a que Ankara las considera terroristas.

La advertencia de Erdogan contrastó con el silencio de Trump, quien no hizo referencia alguna a su decisión de armar a estas milicias. Simplemente se limitó a destacar la importancia de trabajar con Turquía en la lucha contra el EI y pronosticó que la relación entre ambos será «imbatible».

Este era uno de los puntos calientes del encuentro, aunque no el único. Erdogan insistió además en sus «expectativas» sobre la extradición del clérigo turco Fethullah Gülen, autoexiliado en Pensilvania y al que Ankara acusa de haber instigado el fallido golpe militar del pasado verano.

El encuentro entre Trump y Erdogan se produjo al tiempo que la Casa Blanca confirmaba que el estadounidense será el primer presidente de EE.UU. en visitar el Muro de las Lamentaciones, durante el viaje que realizará a Jerusalén los días el próximo lunes y martes. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no le acompañará. Al anunciar la visita el asesor de seguridad nacional H. R. McMaster no quiso decir si EE.UU. considera que el lugar sagrado forma parte de Israel. La pregunta tuvo lugar después de que trascendiese a los medios que un miembro del equipo estadounidense que prepara la visita dijo que el Muro de las Lamentaciones era parte de Cisjordania.