Juncker a May: «La Unión Europea no es un club de golf»

Adolfo Lorente BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

HANNAH MCKAY | REUTERS

La británica califica de «cotilleos de Bruselas» la aireada tensión durante su cita con el presidente de la Comisión

02 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Y esto no ha hecho más que comenzar. Quedan algo menos de dos años para que el brexit sea una realidad y la batalla diplomático-mediática será despiadada entre Bruselas y Londres. Ya se sabe que los tabloides británicos se guían por el todo vale, pero está por ver hasta dónde está dispuesta a llegar la UE para salir victoriosa de la ruptura. De momento, ayer y través de la prensa alemana, la Comisión Europea advirtió de lo complejo de su misión aireando la desastrosa cena que el pasado miércoles mantuvieron Theresa May y Jean-Claude Juncker. El sábado ya se desveló que había ido «realmente mal», pero ayer, el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung detalló que May llegó a sugerir que no tenían por qué pagar nada por abandonar el club, a lo que Juncker le contestó pidiendo un poco de seriedad: «La UE no es un club de golf».

¿Quién dijo fácil? El relato del rotativo germano coincide con el conocido el pasado sábado, cuando los líderes de los 27 se reunieron en Bruselas para aprobar «en cuatro minutos» las líneas rojas de su negociación con el Reino Unido. Ya se sabía que la cita había ido «realmente mal», que la UE consideraba que «Londres estaba en otra galaxia» y que sus planteamientos eran «radicalmente opuestos» a los de Bruselas. Tal es así que en esas conversaciones ayer filtradas, May llegó a asegurar que no tienen por qué pagar nada ya que los Tratados no contemplan nada en este sentido. Al conocer la filtraciones, Downing Street lo achacó todo a meros «cotilleos de Bruselas».

No se sabe si Juncker y sus acompañantes (el negociador jefe, Michel Barnier y su temido jefe de Gabinete, Martin Selmayr) se echaron a reír, pero lo que sí se sabe es que los 27 jamás permitirán que Londres se vaya de rositas sin pagar ni un euro por un portazo histórico que puede ser clave para el futuro del club. No hay que olvidar que el brexit será el precedente para futuras aventuras de ruptura y debe quedar muy claro que salir de la UE tiene un precio. Y muy caro.

El precedente canadiense

«Su planteamiento es radicalmente opuesto a los nuestros», reconocen fuentes diplomáticas, que eludían desvelar las cifras británicas porque «dan risa». Y tanto. Si la UE pide de entrada 60.000 millones de euros por todos los compromisos presupuestarios y financieros ya asumidos, Londres comienza la partida diciendo que no pagará nada. Como estrategia es aceptable, como algo asumible, no tiene medio pase. De hecho, medios británicos venían hablando de un pago que podría rondar los 15.000 o 20.000 millones. «La unidad de los 27 no tiene parangón, sobre todos los contribuyentes netos. No podemos olvidar que todo lo que no pague el Reino Unido o no se va a hacer o tendrán que financiarlo el resto de países», admiten las fuentes, que se confiesan «muy pesimistas».

A la cena del miércoles, Juncker dice que acudió con una copia del tratado de libre comercio con Canadá (más de 2.000 folios pactados tras casi una década). El mensaje era contundente: «Lo que os espera no es precisamente un camino de rositas». Por eso, tras la cumbre del sábado, Juncker mostró su preocupación porque cree que desde Londres se está subestimando la «complejidad» de lo que está en juego. «Soy diez veces más escéptico que antes de la cena», dicen que aseguró el luxemburgués. May y los suyos se limitan a recordar que como la propia Comisión ha admitido en público, el «encuentro fue muy constructivo». Pero una cosa es lo que se dice y otra bien diferente lo que pasó, como evidencia el hecho de que el jueves, a las 7.30 horas, Juncker llamase a Angela Merkel para advertirle de que los británicos «parece que viven en otra galaxia». Y claro, la jefa acudió al Bundestag y advirtió a los británicos de que «no se hagan ilusiones».

De momento, el Reino Unido está consiguiendo lo que casi nadie había logrado hasta la fecha: que la UE haga gala de su nombre y esté más unida que nunca. De momento, claro.