Theresa May se encomienda a las urnas

rita álvarez tudela LONDRES / E. LA VOZ

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Adelanta por sorpresa las generales para legitimar su liderazgo y evitar escollos al «brexit»

19 abr 2017 . Actualizado a las 07:19 h.

Del no es no al sí. Hasta en cinco ocasiones negó la primera ministra británica, Theresa May, la convocatoria de elecciones. Pero ayer, por sorpresa, a las puertas de Downing Street anunció una cita con las urnas para el próximo 8 de junio, menos de un año después del referendo que condujo a su país a abandonar la Unión Europea de forma inesperada.

El golpe de mano llega unas pocas horas después del mensaje de Pascua de May, donde se mostraba convencida de que el país estaba suturando las heridas del referendo y en ningún momento dejó atisbar sus intenciones de acudir a las urnas de forma prematura llamando a poner fin a «la incertidumbre y la inestabilidad».

Muchos son los argumentos que tiene en su zurrón May. El primero es el favorable clima de opinión. Las encuestas le dan un apoyo del 43 % de los electores, más de veinte puntos de ventaja sobre los laboristas y multiplicando por cuatro los sufragios que obtendrían los populistas del UKIP y los proeuropeos del Partido Liberal.

May tendrá la oportunidad de reivindicarse como la líder del brexit, legitimar su liderazgo y librarse de la sombra de haber sido propuesta por David Cameron, crear un grupo de parlamentarios más afín y, sobre todo, recibir el espaldarazo de los votantes a su apuesta por romper los lazos con la Unión Europea sin tener que depender de las limitaciones que le imponga el Parlamento de Westminster. La primera ministra ve en los comicios «la única manera de garantizar seguridad y seguridad en los próximos años» y apoyar un brexit duro.

La primera ministra aseguró que tomó la decisión «a regañadientes», decidiéndolo mientras paseaba con su marido durante unos días de vacaciones en Gales.

Tras una reunión con su gabinete, May alegó que el Reino Unido necesita unas elecciones generales ahora, pues tanto los laboristas como los liberaldemócratas se oponen a los planes de su Gobierno para el brexit. Para la líder conservadora «el país se está uniendo, pero Westminster no». De hecho, cree que sin unas elecciones rápidas, el que denomina como «juego político» en el Parlamento continuará y llevaría a las negociaciones para la salida del Reino Unido del bloque común a su etapa más difícil.

Tras el anuncio, la libra aceleró su subida, la mayor en tres meses, aunque la Bolsa de Londres recibió la noticia con valores en negativo. El siguiente paso de May, en virtud de una ley introducida del 2011, pasa por tener una mayoría de dos tercios de los parlamentarios para que den luz verde a las elecciones y que a partir de ahí la reina disuelva el actual Parlamento. Será aprobada sin dificultad, pues tanto laboristas como liberaldemócratas no la obstruirían.

En unas elecciones que en muchos lugares serán vistas como un segundo referendo, el mayor riesgo que tiene May es el de perder escaños de los 48,1% de los votantes favorables a seguir en la UE y enfadados con su gestión. Los liberaldemócratas pueden ser los grandes beneficiados, pues son contrarios al brexit, del que dicen que es un desastre para el país. Su líder, Tim Farron, reconoció que las elecciones ofrecen una «oportunidad de cambiar la dirección de su país». Diferente es la situación de los laboristas, quienes no tienen un manifiesto claro y no defienden abiertamente ni la permanencia en el mercado común, ni la libre circulación de los comunitarios. Además, a esto se une la falta de liderazgo de su jefe, Jeremy Corbyn.

Por ahora, la mayor crítica con el anuncio de May es la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, quien lo calificó como un «enorme error de cálculo político».

El adelanto electoral complica la visita de los reyes de España a Londres

Nunca antes una visita de Estado se le había resistido tanto a Isabel II. Los reyes Felipe VI y Letizia podrían tener que suspender por segunda vez su viaje al Reino Unido, tras el adelanto electoral. Fijada para el 6 y el 8 de junio, era la primera visita de un monarca español en 31 años y tenía como objetivo retomar las relaciones con la Casa de Windsor, tras la cancelación del viaje previsto en marzo del 2016 por el bloqueo político que atravesaba entonces España. En aquella ocasión, la Casa del Rey consideró que la interinidad del Ejecutivo hacía poco adecuado el viaje. Ahora, la política ha vuelto a cruzarse en el camino de los reyes y, aunque ni el Gobierno ni la Zarzuela han recibido la notificación oficial, parece poco probable que el viaje siga adelante. Pero hasta que no se confirmen las elecciones, Buckingham no anunciará ningún cambio.