El principio de una sola China sigue en vigor

sara r. estella PEKIN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

© Denis Balibouse / Reuters

Los expertos creen que este compromiso allana el camino y alivia tensiones entre Pekín y Washington

11 feb 2017 . Actualizado a las 10:15 h.

En un giro político sorprendente Trump cede ante las condiciones que Pekín dicta para que sus relaciones bilaterales sean estables. Durante una «larga» y «extremadamente cordial» llamada telefónica, según la Casa Blanca, el presidente estadounidense se comprometió ante su homólogo chino a respetar el principio de una sola China. La conversación llega tres semanas después de la investidura de Trump y solo 24 horas después de que le enviara una escueta carta a Xi Jinping.

Inmediatamente después de hacerse pública la llamada, Pekín cambiaba su tono tenso de las últimas semanas hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca. A través de un comunicado en la prensa oficial, Xi Jinping agradecía el compromiso de Trump y afirmaba que podían llegar a ser «buenos socios». Según el portavoz del ministerio de Exteriores, Lu Kang, esa conversación supone «un nuevo inicio» en las relaciones de ambas potencias.

Los expertos creen que este compromiso allana el camino y alivia tensiones entre Pekín y Washington. «Taiwán es innegociable para China y sería inconcebible mantener lazos con un país que no respete ese principio», aseguró a La Voz, Víctor Gao, director de la Asociación Nacional China de Relaciones Internacionales. De esta forma se evita un grave conflicto entre las dos potencias que amenazaba con perjudicar sus intercambios comerciales.

Pocos asuntos enfurecen tanto a China como lo relacionado con Taiwán. La política de una sola China fue la base en el inicio de las relaciones diplomáticas que firmaron Mao Zedong y Jimmy Carter en 1979. Según esta fórmula, Washington reconoce a Pekín como el único gobierno legítimo de China y no mantiene relaciones oficiales, aunque sí comerciales, con Taiwán, al que el gigante asiático considera su provincia rebelde.

Las relaciones entre la Casa Blanca y Pekín habían quedado congeladas desde que Trump aceptara una llamada de Tsai Ing-wen, la presidenta taiwanesa, recién elegido presidente. En esas mismas fechas, en una entrevista con el Wall Street Journal afirmó que la política de una sola China tendría que someterse a una negociación.

«Hay una manera de negociar con China pero las amenazas relacionadas con sus intereses fundamentales son contraproducentes», explicó a Reuters James Zimmerman, ex presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU. en China. «El resultado es que Trump acaba de confirmar ante el mundo que es un zhi laohu, un tigre de papel: alguien que parece amenazador pero que es inofensivo», añadió.