Merkel reclama a Erdogan que respete la democracia

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

TUMAY BERKIN | efe

El tenso encuentro entre la canciller alemana y el presidente turco dejó en evidencia sus diferencias

03 feb 2017 . Actualizado a las 08:07 h.

La canciller alemana no defraudó en la que fue su primera visita a Turquía desde el intento de golpe de Estado del pasado julio. Después de que el cierre de la ruta de los Balcanes y, sobre todo, el acuerdo sellado en marzo por Ankara y la UE hayan reducido considerablemente la cifra de refugiados que llegan al continente europeo, Angela Merkel se atrevió ayer a lanzar una clara advertencia al presidente turco, al que quizás ahora no necesite tanto como antes para atajar la crisis migratoria. «La oposición forma parte de una democracia», defendió durante la comparecencia conjunta la dama de hierro, que instó además a Recep Tayyip Erdogan a respetar la libertad de expresión y de prensa en el país.

Con ello, Merkel se refería a la inédita purga que ha acometido el régimen turco desde la intentona golpista, impulsada por una facción del Ejército, y que ya ha llevado a prisión a más de 43.000 seguidores del clérigo Fethullah Gülen, a decenas de miles de opositores y a unos 120 periodistas. Pero la jefa del Ejecutivo de la gran coalición, al igual que el resto de líderes europeos, también tiene la vista puesta en el inminente referendo con el que Ankara aspira a reformar la Constitución para implantar un sistema presidencialista que daría a Erdogan el poder ejecutivo e influencia sobre el judicial.

Merkel sugirió que «sería bueno que hubiera observadores de la OSCE» en esa cita con las urnas, prevista para uno de los tres primeros domingos de abril, y exigió que se garantice la división de poderes, así como la pluralidad del pueblo turco.

La tensión se hizo aún más patente al abordar el otro gran asunto de la agenda: la lucha contra el terrorismo, para lo cual el presidente turco solicitó un mayor compromiso de parte de su homóloga alemana y de la comunidad internacional. Erdogan rechazó de pleno el uso de la expresión «terrorismo islamista» para designar los ataques perpetrados por yihadistas, argumentando que «nada tiene que ver lo uno con lo otro», y subrayó que no puede hacer «concesiones» en este sentido. Y es que la UE exige a Ankara que suavice su ley antiterrorista como requisito para la exención de visados a los turcos.

Extradiciones

Sin embargo, el mayor roce entre ambos mandatarios surgió a raíz de que Merkel defendiera la potestad de la Justicia alemana, que se ha negado a extraditar a la mayoría de las 143 personas, presuntos miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o de la extrema izquierda, que Turquía reclama en vano desde el 2007. Aunque, durante su posterior encuentro con el primer ministro, Binali Yildirim, la canciller aseguró que su Gobierno también considera al PKK una organización terrorista y prometió investigar sus vínculos en Alemania.

La prensa turca especuló con la idea de que, como medida de presión, Erdogan había vuelto a amenazar con romper el pacto migratorio, desatando así nuevas olas de refugiados hacia Europa. Algo que Merkel no puede permitirse a ocho meses de las elecciones en Alemania, donde crece el rechazo hacia los inmigrantes, y para lo que sí continúa necesitando al presidente turco.