Los claroscuros de la era Obama

Francisco Espiñeira Fandiño
FRANCISCO ESPIÑEIRA REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

SCOTT OLSON | afp

El presidente se despide con buenas cifras económicas y los acuerdos con Irán y Cuba, pero sin reducir las armas

12 ene 2017 . Actualizado a las 09:20 h.

Barack Obama (Honolulú, 1961) dejará la próxima semana de forma definitiva la Casa Blanca tras ocho años como presidente de la primera potencia mundial. Desde que asumió el cargo el 20 de enero del 2009, sus políticas han servido para configurar un nuevo escenario, tanto dentro como fuera de Estados Unidos.

¿El fin de la crisis?

Sí. Obama asumió el cargo en medio del estallido de la burbuja de Lehman Brothers. El país tenía una tasa de paro del 9,7 %, inédita, y los despidos se contabilizaban por miles cada semana. Ayer, la tasa de desempleo era del 5,7 % y las cifras de crecimiento económico sitúan a EE.UU. a la cabeza del mundo. Sus críticos aseguran que las reformas beneficiaron en demasía a Wall Street y que no consiguió reducir la brecha social.

El control de las armas

No. Obama lo considera su principal fracaso. Chocó con la tradición estadounidense y los segmentos más conservadores del país. Ni la sucesión de matanzas en varios estados ni la amenaza terrorista bastaron para aumentar los controles sobre la venta de armas en un país que tiene en circulación legal más pistolas y escopetas que personas.

La muerte de Bin Laden

Sí. Una de las imágenes icónicas del mandato de Barack Obama será la de la caza de Osama Bin Laden en un pueblo remoto de Pakistán. El líder de Al Qaida era el enemigo público número 1 de EE.UU. desde el atentado contra las Torres Gemelas y su muerte supuso un gran impacto para miles de personas. Obama también redujo de 100.000 a 30.000 los soldados de su país en Afganistán tras la victoria contra los talibanes. También se retiró de Irak.

La desigualdad racial

No. La parte final del mandato se ha visto salpicada por una explosión de violencia racial en California, Carolina del Sur, Arizona y otros puntos. Esos conflictos demostraron que la pretendida igualdad racial no existe y que las minorías negras sufren abusos habituales por parte de un sector de la policía.

Los acuerdos con Irán y Cuba

Sí. La Administración Obama consiguió poner fin a los conflictos con dos de los enemigos más antiguos de su país: Cuba e Irán. Con los primeros, ha eliminado el bloqueo económico, reabierto las comunicaciones y tendido puentes. Con los segundos, selló el pacto de proliferación de armas nucleares tras décadas de conflictos.

Entendimiento con Rusia

No. Putin y Obama nunca se entendieron. El ruso supo aprovechar la renuncia de Estados Unidos a ejercer como guardián del orden planetario para recuperar parte de sus ansias expansionistas y convertirse en decisivo en lugares como Siria. Las denuncias de injerencias en la campaña electoral completan el capítulo de afrentas.

La salud como derecho

Sí. Conocido popularmente como el Obamacare, la ley de protección sanitaria a los menos favorecidos es una de las grandes conquistas de los ocho años del presidente saliente, en la que siete de sus antecesores fracasaron. Más de 22 millones de personas con pocos recursos han conseguido beneficiarse de una atención sanitaria pública que estaba fuera del alcance de su capacidad económica. También firmó importantes avances en materia de derechos sociales al aprobar el matrimonio homosexual y la eliminación de la discriminación de este colectivo en puestos militares.

El fin de Guantánamo

No. Fue una de sus primeras promesas, pero solo ha conseguido reducir la violencia de algunos interrogatorios. El penal que simbolizaba lo peor de la guerra contra el yihadismo sigue en pie y tampoco se han modificado las medidas más polémicas de la lucha antiterrorista de la llamada Patriot Act.

Algunas de las medidas estelares del Ejecutivo saliente, en riesgo de ser eliminadas

Por edad e inquietudes, Barack Obama no será un expresidente al uso. En una de sus entrevistas tras la victoria de Donald Trump ya anunció que una de sus principales misiones para los próximos años será la de ejercer de guardián de su propio legado y la construcción de nuevos liderazgos sociales que ayuden a hacer una sociedad más justa. Quizá por ello, Obama ya intentó movilizar a los derrotados demócratas con su visita al Senado. El Obamacare está en el punto de mira de los republicanos y Trump ya anunció su intención de derogarlo desde el primer día de su mandato.

Libre comercio

No. Pero no solo la ley de protección sanitaria está en el punto de mira. También tienen las horas contadas los acuerdos de libre comercio con los países del Pacífico (TTP), con la Unión Europea (TTIP) e incluso con América Central y del Sur en los que . El proteccionismo se perfila como la nueva receta del equipo de Donald Trump para frenar la fuga de empresas y tratar de crear empleo.

También se prevé un cambio radical en las relaciones exteriores. Trump prometió en campaña, especialmente en la decisiva Florida, poner fin a la apertura hacia Cuba. Y China será la principal bestia negra de Donald Trump. En ello coincide con los intereses de Vladimir Putin, que abandona la condición de máximo rival para convertirse en amigo, aliado y consejero del nuevo presidente. La reforma migratoria es otra de las patatas calientes que Obama tampoco consiguió arreglar. Y Trump insiste en levantar un muro contra la llegada de personas desde el otro lado de la frontera con México.