Listos para el asalto final a Mosul

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

ZOHRA BENSEMRA | Reuters

Las fuerzas de élite entran en la ciudad y se hacen con la sede de la televisión. La mayoría de los yihadistas se retiran del este de la ciudad ante el avance militar

02 nov 2016 . Actualizado a las 09:16 h.

La mayoría de los combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) se han retirado de la zona oriental de la ciudad de Mosul ante el avance de las tropas iraquíes, según informó hoy a Efe un alto mando de seguridad.

El jefe de seguridad de la provincia de Nínive, Mohamed al Bayati, explicó que la irrupción ayer de las fuerzas gubernamentales por el frente oriental provocó la huida de los yihadistas hacia los barrios ubicados en la orilla occidental del río Tigris.

«No tienen elección. O rendirse o morir». Era el mensaje del primer ministro iraquí, Haider al Abadi, a los combatientes del Estado Islámico después de que el Ejército iraquí entrará en el área urbana de Mosul y se embarcará en el asalto final para reconquistar el bastión del grupo yihadista desde junio del 2014.

¿Qué consiguieron ayer?

La punta de lanza del Ejército, la fuerza de élite CTS (el comando antiterrorista entrenado por Estados Unidos) logró entrar por el este en el barrio de Judaydat al Mufti -en la orilla izquierda del Tigris, el río que corta la ciudad en dos- Poco antes, tras intensos combates, había logrado limpiar de yihadistas el distrito aledaño de Gogjali y tomar la sede de la televisión iraquí, así como el día anterior la localidad de Bazawia, que tras la batalla era una población fantasma con viviendas y coches calcinados. Por primera vez en dos años, los soldados iraquíes lograban pisar Mosul tras su avergonzante salida sin imponer resistencia al EI. «Acabamos de empezar la verdadera liberación de Mosul», proclamaba el general Taleb Sheghati al Kenani, jefe del CTS.

¿Cuál es la estrategia?

Antes de iniciar el asalto final, las fuerzas de élite deben esperar la llegada de refuerzos para cerrar el sitio a Mosul. Al nordeste y al norte de la ciudad, las tropas kurdas peshmergas tienen consolidadas sus posiciones. Pero en el frente sur las cosas van más despacio y las fuerzas iraquíes todavía están a varios kilómetros de la periferia. En el oeste, las milicias chiíes solo tienen la misión de cortar las líneas de reabastecimiento del EI con Siria y tomar Tal Afar. Sus líderes han aceptado no entrar en Mosul, cuyos habitantes son suníes, pero en el campo de batalla los comandantes no son tan categóricos.

¿Tras cerrar el cerco cuál es el siguiente paso?

Se iniciará el avance hacia el centro de la ciudad donde se prevé una lucha calle por calle. Una batalla que se espera dure semanas o incluso meses. Los estrategas pronostican una férrea resistencia de los hombres del califa Abu Bakr al Bagdadi. Hasta llegar a Mosul, las fuerzas gubernamentales han hecho frente a decenas de atentados suicidas con coches bomba y quema de pozos de petroleo para dificultar los bombardeos aéreos de la coalición liderada por EE.UU. Hay informaciones contradictorias, unas hablan de una retirada de los yihadistas hacia Siria (entre ellas la de los líderes), otras en cambio de la llegada de refuerzos del país vecino.

El Pentágono estima que el EI tiene entre 3.000 y 5.000 combatientes en el centro de Mosul y otra fuente estima en entre 1.500 y 2.500 en el cinturón defensivo exterior de la ciudad. Grupos de vecinos armados se enfrentaban ayer a los hombres de negro en varios distritos del este, coincidiendo con la entrada de las tropas iraquíes, según explicó a Efe Abu Mohamed al Musali, uno de los dirigentes de los llamados Caballeros de Mosul, como se autodenomina la resistencia interna.

¿Qué pasa con los civiles?

Los 1,5 millones de habitantes que tiene Mosul es una de las principales dificultades a las que se enfrentan las tropas iraquíes. El plan es dejar abiertos corredores humanitarios para permitir la huida de los civiles y evitar así que sean utilizados como escudos humanos. La ONU explicó ayer que la aviación de la coalición desbarato el intento del califato de desplazar en autobuses y camiones a «unos 25.000 civiles» hacia Mosul.

¿Y el día después?

El primer ministro Haider al Abadi insistía ayer en aplaudir la coordinación entre las distintas fuerzas y en destacar que existe «un nuevo Irak». «Todos los pueblos están aquí para luchar con nosotros, kurdos con árabes, chiíes con suníes, y todas las minorías están con nosotros. Cristianos, yazidíes y turcomanos combaten hombro con hombro», dijo. Su objetivo es espantar los fantasmas que auguran que los distintos intereses de unos y otros convertirán a Irak en un Estado fallido.

Turquía despliega soldados y tanques en la frontera con Irak

Un convoy militar turco formado por una treintena de tanques, blindados, piezas artillería y equipo militar tomaba posiciones ayer en la frontera con Irak. Poco antes, el ministro de Defensa turco, Firki Isik, confirmaba el despliegue con el argumento de circunstancias «regionales importantes», en referencia a la ofensiva de Mosul y las operaciones turcas contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el sudeste de Turquía. En una entrevista concedida a la cadena local A Haber, Isik aseguró que su país no tiene «obligación» de esperar dentro de sus fronteras y que hará lo que sea necesario para que los milicianos del PKK no se asienten en la región iraquí de Sinyar. Esta zona montañosa del noroeste de Irak fue arrebataba al EI por varias milicias kurdas, entre ellas el PKK, en noviembre del 2015.

El convoy salió de Ankara a primeras horas de la tarde y su destino era Silopi, situada a unos 170 kilómetros de la localidad iraquí de Tal Afar que acoge una comunidad turcomana. El sábado, el presidente Recep Tayyip Erdogan ya había advertido con una «respuesta» a las milicias chiíes si causan «terror» en Tal Afar. Ankara insiste en participar en la ofensiva en Mosul, pese a la negativa de Bagdad. Ayer, el primer ministro iraquí, Al Abadi, reclamó nuevamente a Turquía que respete la soberanía del país, ya que «nadie tiene que interferir en los asuntos de los iraquíes».