El Ejército iraquí, a las puertas de Mosul

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

AHMAD AL-RUBAYE | AFP

Fuerzas de élite avanzan por el frente este hasta situarse a 2,5 kilómetros de la ciudad

01 nov 2016 . Actualizado a las 08:25 h.

En el inicio de la tercera semana de la gran ofensiva, todo va según lo previsto y el cerco a Mosul se estrecha. Las fuerzas de élite iraquíes -las CTS, creadas y entrenadas por EE.UU.- se encontraban ayer a menos de 1,5 kilómetros de la periferia, a punto de salvar el último obstáculo para adentrase en el bastión del Estado Islámico y comenzar una costosa guerra urbana.

Cientos de soldados del Comando Antiterrorista Iraquí (CTS) avanzaban ayer desde el frente este hacia el barrio de Al Karama, ya en Mosul, pero Abdelwahab al Saadi, un alto jerarca de esta fuerza de élite, desmintió a la AFP informaciones que señalaban que ya se encontraban allí y que había comenzado el asalto final. Si confirmó que el suburbio de Gojali y el pueblo de Bazwaia son los dos objetivos que se habían fijado los soldados antes de alcanzar Mosul, tras la reconquista de la cercana ciudad de Bartalla. Si cae Gogjali, la punta de lanza del Ejército iraquí estará ya a menos de un kilómetro del centro de la capital del califato.

Los soldados a bordo de Humvees, tanques y excavadoras son apoyados por ataques aéreos de la coalición liderada por EE.UU. De ellos dependen gran parte de su avance. El CTS ha estado en primera línea del frente en la mayoría de las batallas contra el EI. Pero en esta guerra, el EI está utilizando a niños soldado sirios alos que llama cachorros del califato «Más de 300 habrían muerto en la ofensiva, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos.

A los frentes este, sur y norte abiertos el 17 de octubre, se han sumado por el oeste los combatientes de Hashd al Shaabi (Unidades de Movilización Popular), una coalición de milicias chiíes apoyadas por Irán. Por su pasado de ataques y atrocidades cometidas contra la comunidad suní en ciudades liberadas como Ramadi o Faluya, los combatientes de Hashd al Shaabi han sido excluidos de la batalla para liberar Mosul, donde los suníes son mayoría. Su objetivo es reconquistar Tal Afar y cortar la línea de abastecimiento de los yihadistas que enlaza Mosul con Siria, además de impedir que puedan moverse libremente entre los dos países.

Cuando las fuerzas iraquíes y peshmergas estén posicionados alrededor de Mosul, el objetivo será cerrar el cerco y tratar de abrir corredores para facilitar la evacuación de los civiles para evitar que sirvan de escudos humanos y frenar así los bombardeos. Después, tendrán que librar una guerra urbana contra los hombre del califa Abu Bakr al Bagdadi atrincherados, entre 3.000 y 5.000 yihadistas, según el Pentágono. Todos dan por hecho que la batalla durará meses.

El avance es mucho más complicado en el frente sur, feudo durante años de Sadam Huseín. «De aquí salía el grueso de la inteligencia y oficiales de las fuerzas armadas, y ahora nos encontramos con gente que no quiere ser liberada, gente que abrazó al Daesh [acrónimo en árabe del EI] y que prefiere un mal Daesh al mejor Gobierno chií del mundo», lamenta al corresponsal de Colpisa un argento iraquí que ahora recibe entrenamiento de las fuerzas internacionales, una operación en la que participa España.