El cielo de Hangzhou

INTERNACIONAL

04 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

China no forma parte del G7, el club de las economías más poderosas del mundo; y esto a pesar de que, objetivamente, podría estar entre ellas. Por eso, y teniendo que conformarse con albergar la cumbre del menos glamuroso G20, Pekín se ha esforzado por darle una relevancia que estas cumbres no suelen tener. Y lo ha hecho en su estilo: para evitar problemas, se han dado siete días de vacaciones a todos los trabajadores de la ciudad de Hangzhou, a la que además se ha vaciado de un tercio de su población de 9 millones de habitantes. Para garantizar un aire puro e incontaminado, se ha ordenado incluso la paralización de toda actividad industrial en un área de cientos de kilómetros en su entorno. Es un ejercicio de disciplina y apariencia con el que el presidente Xi Jinping pretende que Hangzhou, la antigua capital imperial que hoy es sede del gigante de ventas por internet Alibaba, se convierta en un escaparate de la nueva China, segura en su papel de potencia comercial.

Pero aunque los cielos Hangzhou estén limpios este fin de semana el aire esté un poco enrarecido por otros motivos. En China preocupa lo que se empieza a percibir como un creciente sentimiento antiglobalización, del cual serían síntomas el voto por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y la resistencia cada vez mayor a los tratados de libre comercio entre la opinión pública norteamericana y europea. Y China es, sin duda, uno de los países que más tiene que perder si se confirma el retorno al proteccionismo. Por eso Pekín quiere convertir esta cumbre en una reivindicación del espíritu de la globalización, lo que no deja de ser irónico, tratándose de un país que durante décadas hizo de la autarquía su razón de ser y al que aún se critica por su proteccionismo.

En todo caso, si esa tendencia es real y se consolida, lo cierto es que encuentros como el G20 poco pueden hacer al respecto. La propia globalización es la que los ha vaciado de poder decisorio -he ahí otra ironía -. China, que esperaba que este fuese su gran momento en el escenario de la economía global, va a descubrir seguramente que disciplinar la economía mundial no es tan fácil como paralizar una ciudad como Hangzhou. El acuerdo sobre el clima con Estados Unidos quedará con justicia como el gran logro de esta cumbre, pero hasta el cielo de Hangzhou volverá a estar contaminado la semana que viene.

el mundo entre líneas

Turquía envió ayer dos decenas de tanques al norte de Siria para luchar contra el Estado Islámico (EI), abriendo un nuevo frente en su ofensiva iniciada el pasado agosto contra el grupo yihadista. Estos se suman a los 40 tanques y medio millar de soldados en suelo sirio que habría llegado en las semanas previas.

Los refuerzos cruzaron la frontera desde la ciudad limítrofe turca de Kilis y entraron en el pueblo sirio de Al Rai para apoyar militarmente a los rebeldes sirios, informó la agencia privada Dogan. Hasta ahora los blindados habían entrado en Siria por Karkamis, situada frente a Yarábulus, una ciudad siria que fue arrebatada al EI el pasado 24 de agosto.

Además de desalojar a los milicianos del califato, el otro de los objetivos de Ankara es frenar el avance de las milicias kurdas en Siria. Así según varias fuentes, soldados turcos con carros de combate y maquinaria pesada se adentraron ayer en el enclave kurdosirio de Kobani.

El papel de Putin y Erdogan

Pese a las «gélidas» relaciones, en palabras del propio Putin a su llegada a China, el presidente ruso y Obama tratarán en un encuentro bilateral cuál debe ser su papel en el conflicto sirio. Un futuro en el que se ha implicado directamente en las últimas semana Turquía, con su invasión del norte de Siria. El presidente de EE.UU. debe lidiar además con el acercamiento entre Putin y Erdogan. También con las suspicacias de Ankara por la tibia reacción de Washington al golpe fallido, sus críticas por la represión emprendida por Erdogan y los reclamos de extradición del clérigo Fethullah Gülen.

EE.UU. intenta poner paz entre sus aliados turcos, milicias kurdo-sirias y grupos rebeldes que luchan en el norte de Siria, y que pone en riesgo la operación contra Raqa, el feudo del EI.