Xi Jinping se implica en el polvorín de Oriente Medio

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

STRINGER | AFP

El presidente Chino ha dejado atrás el escaso protagonismo del gigante asiático en la política internacional

20 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Xi Jinping ha dejado atrás el escaso protagonismo de China en la política internacional de la que hacían gala sus antecesores en el cargo. El presidente chino pisó ayer Arabia Saudí, primera escala de una gira que le llevará a Egipto e Irán, dispuesto a ofrecerse como interlocutor válido en el polvorín de Oriente Medio, y de paso ganar presencia comercial con su propuesta de crear una nueva Ruta de la Seda.

Hasta ahora China practicaba una diplomacia cautelosa, evitando implicarse en crisis y guerras. Xi ha dado un viraje, bajo la premisa de que la diplomacia china debe ir en consonancia con su estatus de potencia mundial. En ese papel, Pekín ha ido implicándose en los actuales conflictos. En los últimos meses ha recibido tanto a miembros del régimen de Bachar al Asad como de la oposición y se ha involucrado en el proceso de paz para Siria abierto en Viena. A ello se une su inclusión en las negociaciones entre el Gobierno afgano y los talibanes, o su presencia en el acuerdo nuclear con Irán.

Su objetivo de incluir en la guerra global contra el terrorismo a Xinjiang, región de la minoría musulmana uigur, y la amenaza yihadista -con un centenar de chinos en las filas del Estado Islámico- han acelerado el giro de China hacia una postura más favorable al intervencionismo.

Xi Jinping se reunió ayer con el rey Salman, dispuesto a interceder para rebajar la escalada de tensiones tras la ruptura de relaciones del reino suní con la república islámica. Y ahora lo mismo en su encuentro con el presidente Hasán Rohaní en Teherán. China mantiene buenas relaciones con ambos países, como principal socio comercial.

Una nueva ruta de la seda

Otro de los objetivo que lleva a Xi Jinping a Oriente Medio es poner en marcha la iniciativa «Una franja, una ruta», con la que busca aumentar la presencia de las empresas chinas y los intercambios comerciales a imagen y semejanza de la antigua Ruta de la Seda. Con este plan, Pekín pretende construir una red de infraestructuras hacia Occidente, desde Asia a Europa, pasando por África.

De Riad, se lleva unos catorce acuerdos en los sectores que van del turismo a las energías renovables, industria, ciencia y tecnologías. Además, rubricaron un memorando de entendimiento para cooperar en el establecimiento de un nuevo reactor nuclear y coordinarse en el proyecto «una franja, una ruta», informa Efe.