La fuga de tres reclusos abre una crisis política en Argentina

marcela valente BUENOS AIRES / COLPISA

INTERNACIONAL

Aníbal Fernández
Aníbal Fernández JUAN MABROMATA | AFP

Los evadidos acusaron al ex jefe de gabinete Aníbal Fernández de tener relación con un triple crimen

29 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La insólita fuga de tres presos de una cárcel de máxima seguridad de la provincia de Buenos Aires ha generado en Argentina una verdadera conmoción política. Los condenados a prisión perpetua tuvieron un papel clave en el triunfo de la gobernadora de esa provincia, María Eugenia Vidal, y ahora hay sospechas de que la huida fue, en realidad, una «liberación».

La noticia se conoció el domingo y mantiene convulsionada a la sociedad. Con una facilidad inconcebible en un área de máxima seguridad, los tres condenados por el llamado «triple crimen de General Rodríguez» redujeron a dos agentes en la enfermería del penal de la ciudad de General Alvear y caminaron hasta un automóvil que utilizaron para llegar hasta la salida de la cárcel. Allí redujeron a otro agente con una pistola de juguete, lo amordazaron y salieron. Luego cambiaron el vehículo por una camioneta que los esperaba. El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, admitió que «es difícil» hacer todo eso «sin alguien de dentro que ayude».

Los prófugos son los hermanos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci. Hay otro prisionero en esta causa que no escapó y un quinto involucrado como «autor intelectual» del crimen que está huido. La justicia los sentenció por el secuestro y brutal homicidio de los empresarios Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina en agosto de 2008. Los empresarios, que tras su muerte fueron vinculados con el tráfico de efedrina y la venta ilegal de medicamentos, desaparecieron el 7 de agosto. Seis días después, sus cuerpos fueron hallados en una zanja de la ciudad General Rodríguez. La justicia condenó a prisión perpetua a los Lanatta y a Schillaci.

Revelaciones a Lanata

Hasta ahí, el triple crimen era un asunto vinculado al narcotráfico, aunque siempre hubo sospechas de que pudo haber complicidad política o policial. En agosto de este año esas presuntas relaciones salieron a la luz. Uno de los presos hizo graves revelaciones en el programa del periodista Jorge Lanata. Lanatta, el condenado, aseguró ante las cámaras de televisión que el supuesto autor intelectual del crimen era Aníbal Fernández, en ese momento jefe de Gabinete de Cristina Fernández y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.

La denuncia marcó toda la campaña desde las primarias y finalmente Fernández fue derrotado. La ganadora fue María Eugenia Vidal, candidata del ahora presidente Mauricio Macri, cuya victoria resultó una sorpresa. Vidal sucedió en la provincia a Daniel Scioli, el candidato rival de Macri y que perdió en su carrera por la presidencia. Ahora, la gobernadora enfrenta su crisis más grave cuando no ha cumplido ni un mes de mandato.

Con Macri de vacaciones, su jefe de Gabinete, Marcos Peña, expresó ayer el «absoluto respaldo» del Gobierno a Vidal, que ordenó la sustitución de la cúpula del servicio penitenciario bonaerense y de las autoridades del penal. El nuevo gobierno provincial se ampara en que las autoridades eran las de la gestión de Scioli, pero lo cierto es que el Servicio Penitenciario había puesto sus renuncias a disposición de la gobernadora y ella las rechazó. Anibal Fernández dijo ayer que los reos «tienen que aparecer vivos». «Alguien los dejó escapar». A su juicio, la denuncia de Lanatta «fue un invento» para desprestigiarlo.